10. En ocasiones, hay que saber perder

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Capítulo 10.

—Ni siquiera sé por qué he venido aquí.— Me quejé molesto.

Lo pasaremos bien, Andrew alias el cascarrabias.—Me dijo Emily sacándome la lengua. Ella llevaba puesta un pamela de paja que hacía que luciera divertida.

Con esa cosa en la cabeza pareces una abuelita.

Se llama pamela. Y te estás metiendo con la persona equivocada, jovenzuelo.—Dijo cambiando el tono de voz a uno tembloroso.

Emily había insistido en que quedáramos, decía que sería divertido. Finalmente acepté, pero con una condición: me traería a algún amigo. Decidí que ese fuera Alex.

Le pedí que hicieramos algo que no fuera ir de compras. Propuse jugar un partido de fútbol pero no le gustó la idea, así que finalmente decidimos ir a la playa a jugar a badminton. Después descansaríamos tomando el sol o nadando, ese era el plan.

Era un día soleado y caluroso en San Francisco, una vez en la playa me quité la camiseta y los zapatos, llevando como única prenda en mi cuerpo un bañador negro. Alex hizo lo mismo. Emily se sacó la camiseta pero los shorts no, llevando un bikini blanco en la parte superior, en ese instante, Alex bajó la mirada a su escote.

—Tío, que es mi amiga.— Le regañé. Él se encogió de hombros bajando la cabeza.

Veamos chicos—Dijo Emily acercándose a nosotros con 3 raquetas de badminton en su mano derecha y la pelota en la izquierda, mientras yo colocaba las toallas y la sombrilla.—quería avisaros de antemano que es la primera vez que juego a esto, así que tened piedad conmigo.

—Podríamos llamar a Ethan y que te enseñe.

-—Muy gracioso Alex. Sólo por eso te voy a machacar en este juego.

Emily se fue al lado opuesto de la red, preparándose.

¿Entonces juego con Alex?-Pregunté.

—Sí, va a necesitar ayuda y algún hombro para llorar cuando sea derrotado.—

Oye, eso no va a pasar.— Se quejó Alex.

Yo ya tenía práctica en este juego, y se podría decir que era relativamente bueno. Sería muy humillante perder contra ella, que era la primera vez que jugaba. Teníamos la victoria asegurada. Para que ser bueno en este deporte se requería agilidad en el desplazamiento, control de la fuerza empleada para marcar punto al contrincante y buenos reflejos. Yo cumplía con todo.

Nos colocamos en nuestros puestos y empezó el juego. Alex sacó la pelota, pero al momento la recibió de vuelta ante un golpe fuerte que dio Emily.

Wow, cálmate fiera, no hace falta que le des tan fuerte, eso no hará que ganes.—Dijo Alex sorprendido y desafiándola. Ella le respondió entrecerrando los ojos y preparándose para el siguiente lanzamiento.

Punto para Emily.

Otro punto para Emily.

Y adivina...

Más puntos para Emily.

El partido seguía y no sé cómo ella iba ganando, no por unos puntitos de nada, sinó por 20 de diferencia.

Tío, ¿has visto esas chicas de ahí? — Me preguntó Alex. En ese momento la pelota le golpeó la cabeza. —¡Au! ¿A qué vino eso? Serás agresiva...

Eso vino a que eres un pervertido. A ver si te centras de una vez.

No pude evitar reírme ante tal situación mientras Alex la fulminaba con la mirada.

The Path To MaturityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora