3. No me ignores

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Capítulo 3.

      Escuché detenidamente los pasos de ese chico acercándose y me percaté que se sentaba a mi lado, en esa acera solitaria, en esa fría noche.

—¡Oh vaya! No pretendía asustarla. Disculpa mis pocos modales, señorita.

Levanté mi cabeza lentamente, aparté las manos de mi cara, quitándome una lágrima. Al ver su rostro me di cuenta de que era el chico que me observaba cuando Aria, Mandy y yo estábamos en la noria.

—Soy Thomas Roberts—se detuvo—pero puedes llamarme simplemente Thomas.

—Tienes nombre de científico.

—Supongo que gracias.—Me miró extrañado.— Tu tienes cara de Olga.

—Va a ser que no.

—¿He dicho Olga? Quería decir Marta.

—Nope.

—Lucía.

—Tampoco.

Se detuvo unos segundos. Me sentí como si me estuviera evaluando.

—¡Lo tengo! Elisabeth.

—Soy Emily McCarthey. Un placer Thomas.—Dije al ver que no lo iba a adivinar.  Me dió la mano saludándome cordialmente.

—Eso es justo lo que iba a decir.—Ladeé la cabeza como si fuera una niña a la cuál acababan de explicarle la reproducción humana y estuviera procesando la información. —No me mires así. No pretendo ligar ni esas cosas, eso no es de mi estilo. Pero ¿Por qué una señorita como tu está aquí tan sola?

    Un borracho nos interrumpió en ese instante.

—¡Emily!¡Emily!— Gritó el borracho mientras sollozaba y se acercaba lentamente cual zombie de The Walking Dead. Al instante identifiqué su cara.

Dan.

—¿Qué ocurre?¿Estás bien?— Estaba completamente desconcertada. Se lo veía muy preocupado.

—Lindsey.

—¿Qué?

—¡Lindsey¡ Lindsey ha muerto.

Me mostró los pedacitos de la botella. Moví la cabeza mientras cerraba los ojos en señal de desaprobación, a su vez, intentando contener mis ganas de darle una bofetada.

1,2,3.Respira Emily. No le grites. 1,2,3. Paz. 1,2,3 no sirve de nada la violencia.
Me repetí varias veces.

—Dan. —Empezé  a hablar en un tono firme después de encontrarme calmada.—Necesitas ir ya a tu casa, tu estado empieza a ser preocupante.

Thomas nos observaba sin saber como actuar.

—¿Él es tu novio? Yo...Yo no quería molestar...—Dijo Thomas avergonzado.

—No, no es mi novio.— Negué rápidamente con la cabeza.— Pero lo siento, creo que debería irme.

Me levanté lentamente  y pasé el brazo de Dan por mi hombro para que pudiera mantenerse de pie y andar correctamente .

—No te preocupes. Lo entiendo, necesitas cuidar de tu amigo...

—Ya. Sí. Exacto.

— ¿Cómo puedo contactar contigo de nuevo, señorita?.

Cogí del bolso un bolígrafo BIC y escribí mi número de teléfono en su mano. El contacto con su piel hizo que me estremeciera de manera disimulada.

No pude evitar sentirme arrepentida. Ese chico era un completo desconocido, ¿por qué le di mi número? ¿y si era un acosador?¿un asesino? ¿un pederasta? ¿un narcotraficante?

Él me miró agradecido, y una sonrisa se dibujo en su cara.

—Buenas noches señorita.

—Buenas noches señorita.— Imitó Dan mientras nos alejábamos del chico en un tono burlón.

. . .


—¿Ya? No es justo, aún es pronto. —Se quejó Mandy.

—Es muy tarde, al menos para ti. Una niña de tu edad debería estar ya durmiendo.

—Buenas noches hasta mañana los Lunnis y los niños nos vamos a la cama.—Empezó a canturrear Dan desafinando.

—Eso es muy infantil. Los Lunnis es para niños pequeños. Anda, como tu Dan.— Y mi hermana le sacó la lengua. Él como respuesta hizo un mohín.

—Oh atención, habla aquí la Sra. Madurez que ha vivido miles de experiencias en su vida...— Dijo Dan exajerando la entonación siendo fulminado por la mirada de mi hermana.

—Yo almenos no me emborracho a diferencia de algunos que yo conozco.

Aria me alejó de esos dos.

—Emily,¿te encuentras bien?

—Sí.

—Venga no mientas. Tienes pinta de necesitar uno de mis abrazos calentitos.

—¿Pues cómo quieres que me sienta? Ethan, mi Ethan estaba besándose con otra. Sí, soy consciente de que estoy haciendo un drama por ello, que ni siquiera éramos novios, que ni tan solo sabe mi nombre. Pero eso no evita el doloroso sentimiento que me envuelve ahora.

Me miró con lástima y me abrazó.

—No te entristezcas. No vale la pena que derrames una lágrima más por él.

—Ya..

—Igualmente ese era un idiota. Olvídate de él. Hay chicos mejores y menos arrogantes. Si quieres un día quedamos y le gastamos una broma pesada. ¿Qué te parece algo así como darle una patada en su entrepierna tan fuerte que no pueda tener nunca hijos?

—No es necesario llegar a ese extremo. —Dije riéndome.

Ella era capaz de hacerme sentir mejor en situaciones como aquella. Me gustaba que fuera mi amiga, siempre podría confiar en ella y ella en mí. Yo le apoyaba en todo, y ella a mí.

—Gracias Aria.

. . .

—No hagas ruido.— Dije a mi hermana mientras caminaba de puntillas por el pasillo principal de nuestra casa.

—Eso intento.

Ella masticaba unas crujientes papitas. Le saqué rápidamente y me miró indignada.

Dejé a Mandy en su habitación arropándola entre esas suaves sábanas y dándole un beso de buenas noches. Me fuí a la mía y saqué el móvil para mirar la hora. Eran las 2:30 de la noche. ¡Qué tarde se había hecho!
Creo que lo más triste del mundo es mirar tu móvil esperando tener miles de notificaciones y ver que realmente no hay ni una. Eso precisamente me había pasado a mi. Me puse mi pijama, la parte de arriba era de manga corta, blanca y con un dibujito de unas gafas negras de pasta, poco hipster y tal... Mi móvil sonó y me sacó de mis pensamientos tan poco interesantes como de costumbre.
Era un mensaje de... Dan. Rodé los ojos.

Dan: Hola Emily.Me aburro.

Yo: Dan haz el favor de dormir es tarde.- Le envié mientras me tumbaba encima de mi cama boca arriba.

Dan: No puedo.

Yo: ¿Qué quieres? ¿Qué te cante una nana?

Dan: Pues no es mala idea.

Yo: Venga, buenas noches.

Dan: Jooo :( Tú de aquí no te vas.

Dan: Emi quédate.

Dan: No me ignores.

Dan: Eoo

Mi móvil vibraba sin cesar, y yo no respondí ninguno dado a que dí por supuesto que todos los mensajes serían Dan y me fui a dormir. Y así es como se consigué que te dejen de molestar. ¡Anotadlo chicas!

The Path To MaturityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora