5. Vuelta a la realidad

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Capítulo 5.

      Entonces un hombre elegante entró caminando de manera refinada en el aula, haciendo callar a todos los alumnos. Su cara me resultaba tan familiar... El pelo negro azabache colocado hacia arriba enmarcaba su cara de marcadas facciones. Llevaba un botón desabrochado de su camisa azul marino dándole un toque juvenil y atractivo. Noté que posó los ojos en mí, y juraría que lo vi por un momento sorprenderse, pero luego volvió a su expresión facial neutral.

- Buenos días. En este curso voy a ser vuestro profesor de química, al menos hasta que vuestra profesora, la señorita Cloe vuelva. Como ya sabéis está de baja por maternidad. Dejad que me presente, soy Thomas Roberts. Aunque preferiría que me llamarais profesor Roberts.

      Entendí todo de repente. Él era el chico que se me acercó a hablar esa noche cuando me encontraba llorando. Nunca hubiera imaginado que se convertiría en mi profesor de química. Era prácticamente imposible. Pero allí estaba. Nos hizo un breve resumen de lo que haríamos durante el curso y repasamos el temario del año pasado para refrescar la memoria.

   Una vez acabada la clase Dan me dijo:

-Oye, su cara me suena. ¿A ti no?

-Ai Dan... Ibas borracho el día que lo conocimos. Él y yo estabamos en la feria hablando y tú te acercaste. Pero seguramente no te acordarás ya que estabas preocupadísimo por Lindsey.

-¿Lindsey? ¿Quién es ella? ¿A caso ligué con alguien ese día?

- Más quisieras.- Me parecía chocante que después de haber estado tan pesado por el tema de la botella, ahora ni se acordara de lo que pasó entre ellos. El alcohol en exceso es malo chicos.

    Recuerdo perfectamente haber dado mi número telefónico a Thomas, ¿o debería decir "a mi profesor Roberts"? El caso es que no me llamó ni una sola vez, ni siquiera se dignó a enviarme un mensaje.
Durante la clase me evitó con la mirada y eso estaba empezando a preocuparme. Menudo primer día estaba teniendo...

    Al salir del aula me choqué con Andrew. Sus ojos color miel eran frios ante mi presencia.

- ¡Vigila por dónde vas Cenicienta!- Gritó.

- ¿Cenicienta?

- Se te ha caído un libro. - Al ver que no reaccionaba a su comentario siguió hablando - Como vas con prisas y se te ha caído un objeto...-le miré incrédula. -¿Acaso no has tenido infancia?-Preguntó con desprecio.

Hice caso omiso a su comentario.
Aceleré el paso y finalmente llegué a la cafetería, donde había quedado con Aria. Analicé el lugar, realmente era una sala amplia donde las mesas redondas llenaban el vacío. Estas estaban distribuidas en varios grupos: los que parecían ser los más rebeldes, las que estaban enamoradas de esos rompecorazones y no hacían más que suspirar por ellos, los del club de ajedrez, un grupo mixto que parecían ser los populares, por otro lado habían unos que parecían estar apartados del mundo... Espera un momento ¿Y Ethan? Lo busqué con la mirada. Bingo. Él estaba con los populares y las chicas maquilladas como Barbies alrededor. Vaya pintas...

Por el ventanal pude ver que aún era un día con un sol radiante. Me acerqué en la mesa que estaba Aria y
le conté todo lo sucedido con "Thomas/ profesor Roberts"

- Vaya, vaya... Qué casualidad.- Dijo enarcando una ceja acompañada por una mirada pervertida. Le dí un codazo mientras ponía los ojos en blanco. -¿Pero él te gusta?

-¿Cómo me va a gustar loca? No sé nada de él. Sólo hablamos una vez y seguramente ni se acuerda de mi.

- Sí, sí... Pues yo no estaría tan segura de eso eh... - Dijo mientras señalaba detrás mío disimuladamente. Vi a los ojos verdes de Thomas mirándome fijamente. El hecho de haber intercambiado miradas y hacer como si nada hubiera pasado me recordó al verano cuando lo vi por primera vez mientras hacía la cola para subir a esa noria. Dan se interpuso entre nosotros intentando mantener el equilibrio. Su bandeja repleta de comida corría peligro.

The Path To MaturityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora