6. Hoy estáis todos contra mi ¿eh?

50 5 4
                                    


Capítulo 6.

—¡No es justo!— Se quejó Dan.

Aria y yo no podíamos parar de reír. Tantas personas en el colegio y le tenía que pasar a Dan...

—Me había presentado a las pruebas para entrar al equipo de Rugby y jugar, poder ligar con las chatis... No para ser esta cosa.— Refunfuñó de nuevo señalando la cabeza de la mascota de High Cowell School que llevaba debajo del brazo.

Se trataba de un zorro, ya que el equipo se llama Wild Foxes.
El disfraz consistía en una única prenda de unos pantalones azules a juego con la vestimenta del equipo y una cabeza peluda que se suponía ser un zorro. Su trabajo consistía en animar al equipo llevando ese disfraz puesto.

-Dan, no te desanimes, podría ser peor...- Dije entre risas.

- Wild Fox, mira el lado positivo ... Ligarás mucho así y serás "amiga" de las animadoras. ¡Anda mira qué suerte! Seguro que te invitan a una fiesta de pijamas. - Se burló Aria mientras era fulminada por la mirada de Dan.

Ya era el cuarto día de escuela y no había pasado nada del otro mundo, salvo que Bella, poco a poco estaba superando su miedo a relacionarse con la gente. Realmente no sé si mis amigos la estaban ayudando o hacían que se asustara más, porque yo ya los conozco y sé que son unos locos, pero se les quiere. Aunque ¿Bella? ¿Qué opinión tendría sobre ellos?


Cuando estaba saliendo del instituto una mano agarró mi muñeca y me tapó con la otra mi boca, para que no pudiera gritar.

No pude ver de quién se trataba, pero me metió en el pequeño armario de la limpieza. Oí la puerta cerrarse detrás de mí. Sentía nuestras respiraciones agitadas. Entraba un pequeño rayo de luz y pude ver sus ojos azules que ya estaba empezando a conocer.

Ethan.

—¡Pero bueno! ¿Qué quieres?— Dije con algo de enfado al no entender que pasaba.

—Necesitaba practicar para grabar la película del concurso.

—¿Disculpa? ¿Y no podías habermelo dicho sin meterme en un armario? No sé... así como la gente normal ¿sabes?

—Así no sería interesante.

Bueno, bueno... Aquí tenemos al señor seductor.

Noté la pared fría chocar contra mi espalda. Él me acarició delicadamente el rostro y el contacto con su piel hizo que una corriente pasara por todo mi cuerpo. Me cogió en un momento inesperado y me bloqueé.
Sus labios se estaban acercando demasiado a los mios. Cuando logré pensar con claridad giré la cabeza con brusquedad recibiendo un beso suyo en la mejilla.

—¡No... no me toques! ¿entendido?

— ¡Au! Venga chica, pero si te estaba gustado. Deja de hacerte la estrecha.

—Ni se te ocurra volver a tocarme estúpido.— Él empezó a peinarse el pelo rubio desordenado. Seguramente no sabía que decir, debía ser la primera vez que le rechazaban. Me fui de allí cerrando con fuerza la puerta.

-¿Qué hacíais allí mocosos?- El de la limpieza nos estaba mirando con cara de pocos amigos. Éste no pasaba de los 30 años de edad. Leí su placa, se llamaba Bob. Inconscientemente me puse a tatarear para mí misma la canción de Bob Esponja mientras una sonrisa se dibujaba en mi cara por esa genial ocurrencia.

- Nada señor.

- ¡Cómo me entere de que habéis cogido algo de allí o lo habéis roto os juro que os mato!-¿Disculpa? ¿Qué estaba mal con Bob? No le iría mal una visita al psicólogo y que le tratara mi madre...

-¿De qué vas gilipollas? Vuelve a hablarme así y.... - Dijo Ethan furioso.

- ¿Y qué? Oh vaya, que tu eres un rebelde porque llevas esa cazadora negra. Disculpa no la había visto.

-Mejor es llevar esta cazadora a esa mierda de traje de trabajo.

La rabia consumía el escuálido cuerpo de Bob. Ya habían aparecido los cotillas de turno a ver que sucedía. Bob no soltó un puñetazo a Ethan por el mero hecho de que si lo hacía lo podían echar. Hice una señal a Ethan para que nos fueramos. Él, resignado, aceptó, no sin antes blasfemar y dedicar unos cuantas malas palabras a Bob.

- ¡Eh! Ya. Relájate.- Intenté calmar a Ethan mientras nos alejabamos del pasillo.

-¿Cómo voy a hacerlo si ese gilipollas me ha hablado así?

- Pues de la misma manera que yo lo he hecho evitando pegarte una bofetada por tu infantil comportamiento.

-Hoy estáis todos contra mi ¿eh?

- Te lo buscas. - Aceleré el paso saliendo del edificio.

- ¡Eh! No te enfades. No es mi culpa que seas una estrecha y que ese sea un estúpido .

- No es mi culpa que seas un engreído, mujeriego y egocéntrico que todo lo que quiere tiene que conseguirlo. - Dije algo mosqueada.

- Estás muy sexy enfadada ¿lo sabías?

- Vaya que original eres. ¿De qué... película aprendiste eso? Iba a decir libro, pero dudo que sepas leer.- Me iba a mantener a la defensiva. Él no podía ir robando besos cuando  le diera la gana, ni tampoco montar escenitas en el colegio.

- Para tu información sé leer.
¿Sabes? En realidad soy como un Edward Cullen.

-¿Eres un vampiro? ¡Aléjate de mí maldito!

-No, no. Me refiero a que soy misterioso, sexy, educado...ah y todo un caballero, igual que él.

-¿Edward Cullen y tú?- Una ligera risa salió de mi boca. - Sí...definitivamente sois como dos gotas de agua.

-Eso dolió.- Se puso la mano en el pecho haciéndose el ofendido.

-Poca broma, que aquí yace todo un Romeo...

- ¿Entonces quieres ser mi Julieta?

- ¡Pero si los dos mueren!

- Bueno... En realidad tú no deberías ser mi Julieta... tú eres más bella que ella. - No pude evitar sonrojarme, me sentía bien hablando con él. Era un estúpido sí, pero quizás no lo era tanto como en un principio me imaginé. -: ¡Ja! He consigo hacerte sonrojar. Te dije que yo era todo un Romeo.- Rodé los ojos.- Quizá también podrías ser mi Dulcinea.

-¿Ahora me estás llamando fea? ¿Sabías que el Quijote la describía como una dama guapísima y cuando Sancho Panza la vió por primera vez no pudo creer que se trataba de esa mujer tan desagradable? ¡Tenía bigote! ¡E incluso su entrecejo peludo destacaba más que el del propio Sancho!

- Vaya... En ese caso serás mi Melibea y yo tu Calisto.

-Déjate ya de historias.

- Las dejo, pero entonces tú no juzgues a un libro por su portada. - Dijo mientras se señalaba a sí mismo, refiriéndose a él. Antes, yo lo había clasificado como una horrible persona sin conocerlo, quizá me había equivicado...

- Vale, vale. He entendido la indirecta.

- Y bien ¿Quieres que te lleve a casa?

- ¿Acaso galoparemos en tu "caballo"?

-No, pero podemos galopar de otra forma si es lo que quieres...- Sonrió picaramente.

- ¡Arg! ¡Pervertido! Iré andando, gracias.

A lo lejos vi a Aria y Dan jugueteando como dos niños pequeños picándose el uno al otro, a su lado estaba Bella más bien con cara de: sácadme de aquí. Cuando se percataron de que los estaba observando me saludaron con una sonrisa de oreja a oreja. Me alejé de Ethan para ir con ellos.

-Venga vamos a casa.

-¿Qué? ¿Y no nos vas a contar nada relacionado con el pivón de Ethan?

- A vosotros os lo diré... Anda tirad cotillas.

The Path To MaturityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora