Cordura contra Deseo |Camren|

Capítulo 7: Lauren la Camiliazer.

POV Lauren

Camila me había empujado con nuestras maletas hacia dentro del tren diciéndome que estuviera tranquila, en el último minuto ella entraría y se cerrarían las puertas sin posibilidad de abrirlas para, entonces, no poder echarla.

Estaba delante de la puerta viendo como todos se acomodaban y realmente no sabía que hacer ¿Irme a acomodar como si nada? ¿Quedarme donde estaba para asegurarme de que Camila estuviera bien? No, eso no era viable ¿Desde cuándo era su madre o algo así? Aunque ella me dijo que fuera su mommy.... No no, Lauren céntrate. Decidí quedarme en la puerta mirando como Camila se comía uno de sus estúpidos plátanos tan tranquila.

- ¿Por qué no entras ya? – Alcé un poco la voz para que me oyera. Capté su atención puesto que me miró juguetona y puso una de sus típicas sonrisas que derriten a cualquiera.

- Te veo preocupada Jauregui. Relájate un poco ¿Si? Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspond-no espera, eso es de Moulin Rouge, lo que venía diciendo. No me voy a quedar fuera asique tranquila, me tienes más tiempo para ti, egoísta Cabelleitor.

- ¿Cabelleitor? – interrumpí incrédula y esperando a que dejara de decir tantas tonterías y entrara ya.

- Mmmh sí, igual que los Directioners y unas fans bien gordas y esclavas llamadas Harmonizers o algo así, pensé que yo podría tener uno. ¿No te gusta Cabelleitor? Puedes ser Camiliazer entonces. Pero Cabelleitor suena a terminator, me gusta.

- Deja de decir estupideces y sube ya por favor

- Al menos me suplicas... que se le va a hacer. La Cabelleitor numero uno quiere estar con su ídolo. Lo veo normal, soy yo.

Ya estaba realmente nerviosa, no sabía qué hacer. Miré mi reloj y eran las 13:59 y no podía evitar el sentirme tan ansiosa por la hora. Vi cómo el guardia de seguridad que nos avisó en la estación se acercaba y decidí hablarlo para ver si me podía dar información.

- Ummh, disculpe – lo llamé, él apareció con una sonrisa en su rostro y de forma lenta se acercó a mí - ¿Sabe cuánto falta para que se cierren las puertas?

- Un minuto exacto, pero debería acomodarse ya, creo que le han quitado todas las estancias grandes ya – sonó como si alguien tosiera fuertemente, ambos giramos la cabeza para ver a una Camila con la mirada bastante enfocada en nosotros y con su pequeño ceño fruncido ¿Eso eran Celos Culobello? Pensaba aprovecharme para que subiera ya – ¡Hey! Yo te conozco, sube ya o no podrás entrar. Sé que sois de aquí, así que sé que tienes el ticket, pero si se cierran las puertas no hay nada que rascar - Maldita Camila... ahora entendí porqué armar escándalo con los Ponys, ir a preguntar y lo de saludar a este tipo. Inteligencia de Culobello 1 - Mundo 0

- Estoy fumando, no puedo subir – Culobello se metió la banana a la boca e hizo que fumaba con ella. A ambos se nos quedó cara de póker sin saber que decir, él sonrió por compromiso, yo por lo adorable que se veía celosa y haciendo el tonto – Pero ya que insistes – se metió la banana de una vez en la boca y se oyeron dos gargantas tragando seco. Camila nos sonrió y con paso lento subió al tren – Ya tengo dos Camiliazers... que bien.

Y se fue por el pasillo buscando un sitio libre para ambas. Me disculpé por el espectáculo que siempre daba Camila con ¿Brendam? Ni idea, él sonrió como siempre y me susurró "Tener una novia así es como tener un ángel con cola de diablo, no sé si sentir envidia o pena por ti" y se fue riéndose mientras me dejó ahí pensando y con cara de póker. Sentí unas manos en mi cadera y en seguida estaba en un alojamiento pequeño para dos personas, pero ahí estábamos Camila y yo, apunto de compartir un espacio muy reducido. Seguro que me toparía con su enorme y perfecto culo más de una vez y que tendría que ver cómo su cuerpo se junta con el mío todo el tiempo, cómo sube la temperatura y se tiene que quitar algo de ropa y... ¡Basta Jauregui! No eres una perra en celo, solo una Camiliazer muy salida que... ¡No! Maldita sea Culobello.