Capítulo 7 - Feliz cumpleaños

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Capítulo 7

Feliz cumpleaños

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Es uno de julio, lo que significa que hoy se celebra el Baile de Verano... Y también que es mi cumpleaños. No sé si emocionarme o quedarme en la cama y fingir que el día de hoy no existe. Sí, ya tengo dieciocho legalmente, lo que significa que soy adulta y puedo usar mi dinero. Aun así, tengo que cumplir con mi contrato y aguantar hasta que acabe el verano. Solo dos meses más, y no tendré que volver a ver a Rhonda en mi vida. Este día solo significa que estoy más cerca que antes. ¡Ya no es mi tutora legal! Eso me hace tan feliz. Pero también significa que tengo trabajo para aburrir. Los últimos días han sido agotadores, y no me quiero ni imaginar lo que va a ser hoy. Apuesto a que Rhonda tiene ya la lista de todo lo que tengo que hacer hoy.

Suspiro mientras me preparo mentalmente para el día más agotador de todo el verano. Este baile siempre me amarga el cumpleaños.

Aparto las sábanas, respiando hondo, pero de repente mi puerta se abre de golpe, haciéndome gritar y dar un bote como en los dibujos animados. Acabo tirada en el suelo, enredada con las mantas. ¿Cómo? Aún no tengo ni idea. Soy todo un desafío a las leyes de la física.

—¡Feliz cumpleaños! —canturrea, o más bien berrea, un dueto. Cuando saco la cabeza por encima de la cama, veo a Olivia y a Charlie, que sonríen de oreja a oreja. Liv tiene una tartita muy mona en las manos—. ¡Ya eres adulta! Me acuerdo de cuando eras una niña pequeña —añade Liv, fingiendo que se seca las lágrimas. Me río.

Me pongo de pie, y recupero mi dignidad humana mientras me acerco a ellos.

—Podría haber estado desnuda, ¿sabéis? Os la habéis jugado al entrar por las buenas —les digo, intentando parecer seria. Lo único es que mi enorme sonrisa lo arruina—. Gracias.

—¡Feliz cumpleaños! —exclama Charlie otra vez, dándome un abrazo rápido—. ¡Corre, pide tres desos y sopla las velas!

Me río, y hago lo que me dice.

Ser la mejor médico del mundo...

Marcharme de aquí y no volver a ver a Rhonda ni a sus hijas...

No perder a Liv ni a Charlie nunca.

Soplo las velas, y ambos aplauden y me vitorean. Bueno, solo aplaude Charlie. Les sonrío, agradecida. Sé que el Baile de Verano nació para celebrar mi cumpleaños, pero no me importa que se haya perdido. Tengo a Liv y a Charlie, y una tarta con tres velas me basta. A lo mejor nadie más recuerda mi cumpleaños, pero mis dos amigos no se olvidarán nunca. Liv siempre me trae una tarta, y es la primera en desearme un feliz cumpleaños; esta es la primera vez que Charlie también puede estar conmigo.

Sí; estoy muy agradecida de que estén aquí.

Liv deja el pastel a un lado y me da abrazo.

—¡Abrazo de grupo! —grita Charlie antes de lanzarse sobre nosotras. Me río, feliz. Son mi familia; en mi corazón, esa es mi verdadera familia, a donde pertenezco de verdad. Me dan igual los detalles legales.

—Espero que todos tus deseos se hagan realidad, Ella. Te mereces toda la felicidad del mundo —me dice Liv, acariciándome el pelo tal como solía hacerlo mi madre. Nunca la conoció, pero ambas tienen algo en común: nunca fallan a la hora de hacerme sentir querida y valorada.

—Soy feliz —les digo. Porque a pesar de todo, a pesar del infierno que Rhonda me hace vivir cada día, soy feliz cuando estoy con ellos.

Es todo una cuestión de perspectiva, ¿no? Si solo me fijo en lo malo, siempre seré desgraciada; pero hay cosas buenas en mi vida, y solo tengo que guardarlas en mi corazón. Como solía decir mi padre, "No dejes que las cosas malas te roben la sonrisa". Ese es mi lema en la vida.

Call me Ella (Aware Princesses #1) (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora