Call me Ella (Aware Princesses #1) (Español)

Capítulo 9 - Cenicienta a la fuga

Capítulo 9

Cenicienta a la fuga

🌟🌟🌟

Mientras caminamos hacia la pista de baile, noto que la gente nos mira. Sé que es imposible que me descubran, ya que la mayoría no me presta atención ni siquiera cuando no llevo máscara, pero aun así, temo que se den cuenta de quién soy. Aunque ni yo misma me reconozca ante el espejo ahora mismo. Veo a mis hermanastras mirándonos; ambas están con un chico. No sé quiénes son, pero me dan pena. También veo a mi madrastra, pero no mira hacia nosotros. Debe ser la única.

Estar tan expuesta en la pista de baile me asusta, pero a la vez también me excita. Todo el cuerpo me arde de adrenalina por la posibilidad de que me pillen, aunque espero que eso no pase.

El Chico Misterioso me lleva hasta el centro de la pista, justo bajo la bola de discoteca. Lo cliché de su elección me hace reír, pero él no se da cuenta. Se gira y me mira, sin perder la sonrisa, antes de acercarme a él y empezar a moverse al ritmo de la música.

Vale, dato: no soy una bailarina. Puedo bailar, pero no tengo la gracia de una princesa, ni mucho menos. La gente que nos estaba mirando fijamente aparta la vista de nosotros, porque ahora somos simplemente una pareja normal, bailando no muy bien al ritmo de una canción pop. Él no lo hace mal, pero tampoco extraordinariamente, así que no me siento tan patosa.

Quizá tenga una vida siniestramente similar a la de Cenicienta, pero desde luego no tengo lo que hace falta para ser una princesa. Por lo menos, no como las de Disney.

Miro a los ojos al Chico Misterioso, y esbozo una sonrisa diminuta mientras pienso en esta escena. Sería divertido si este baile se celebrase en su honor y él fuera el príncipe, pero no es así. Este baile ya no es en honor de nadie, aunque solía ser por mí.

El chico que tengo delante no es un príncipe, o al menos no en este contexto. Quizá pueda ser considerado de la realeza porque, creo, es un famoso, pero no el más importante, desde luego, en este sitio.

—Tienes una sonrisa preciosa —me dice, acercándose a mi oreja porque la canción está altísima. Además, esto le da una excusa para pegarse más a mí. Sé lo que está haciendo, y me hace sonreír. Este chico es un cliché con patas—. ¿Te hospedas aquí? —pregunta a continuación. Me aparto para mirarlo a los ojos.

Nadie puede saber que trabajo aquí, pero no me gusta mentir diciendo que soy famosa cuando no lo soy.

—No te lo puedo decir —digo, en voz alta. Él alza una ceja, sorprendido.

—¿Por qué no? —inquiere. Mueve la mano de mi cadera a mi espalda—. ¿Es un secreto? ¿Si me lo dijeras tendrías que matarme? —se aventura, y yo suelto una risita.

—Más o menos —asiento, y él ríe.

—Vale, Chica Misteriosa, de acuerdo. —Sonrío, porque yo le he estado llamando así en mi cabeza todo este tiempo—. ¿Y no quieres saber quién soy, o es que ya lo sabes?

—No lo sé —digo. Él espera—. Y esta noche me da igual quién seas.

Sé que está intentando averiguar qué significan mis palabras, y si debería ofenderse o no. Cuando sonríe, sé que no lo ha hecho, y yo también sonrío.

—Es... refrescante —dice, acercándome más a él, con ambas manos en mi espalda, impidiéndome alejarme mientras seguimos bailando.

Cuando dice eso, me doy cuenta de que es un famoso, porque siempre tienen que lidiar con gente que quiere estar cerca de ellos solo porque lo son. Si supiera que ser un famoso solo hará que me aleje de él...