Cap 9 : Nuevos vecinos

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Seguía reproduciendo una y otra vez en su mente la expresión de asombro en el rostro de Cygnus mientras la veía abandonar el jardín de rosales de la vieja biblioteca.

¿Cómo pudo atreverse a hacer una cosa así? ¿Cómo pudo ella creer que alguien como él podría ser otra cosa a demás de un maldito hombre vanidoso sediento de riqueza y poder? Esa misma noche había considerado la esperanza de llegar a un acuerdo con Cygnus, incluso había contemplado la posibilidad de ser amigos o algo más...Pero como siempre ya estaba acostumbrada a que las cosas no le salieran como ella quería. De veras había creído en que desde ese día el sería aquel hombre que fue en el establo. Y lo que más le dolía era que en realidad lo ansiaba, mucho más de lo que le gustaba admitir.

Por otro lado su mente estaba más ocupada en entender de qué clase de enigma o acertijo se trataba aquella frase: "Recuerda que el velo de la noche es el muro que divide el mundo de los sueños del de la realidad."

¿A qué clase de hombre loco se le ocurriría una frase tan absurda y sin sentido? Pobre...quizás estaba muy aburrido en la noche cuando se le ocurrió esa frase. Necesitaba con urgencia una bella esposa e hijos que lo mantengan ocupado para no pensar tantas estupideces que compliquen la vida de una inocente chica que ya tenía suficientes problemas con los que lidiar.

Unos suaves golpes la sacaron de su martirio psicológico, sobresaltándola un poco. Murmuro un "pase" y aguardó para ver quien estaba del otro lado de la puerta.

 Murmuro un "pase" y aguardó para ver quien estaba del otro lado de la puerta

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Itzaak aguardaba ante las puertas cerradas de la habitación de su hermana. Su corazón latía a mil por hora luego de su pequeño encuentro con la mujer más maravillosa que había conocido en su vida. Le costaba mucho digerir el hecho de que prácticamente era una hermana para él, que era aquella pequeña de ojos marrones centelleantes y cabello castaño lleno de ramitas y fango, la misma mujer que hoy lo hacía olvidar quien era en cuanto sus miradas se cruzaban.

En cuanto oyó un débil "pase" proveniente del otro lado de las pesadas puertas, entró dando un portazo y tirándose a la cama cuidadosamente tendida de su hermana ahogó un grito ocultando su rostro en una pequeña almohada. Simplemente era una locura.

- ¿Y a ti que rayos te pasa? - oyó decir a Gianira. Incorporándose en la cama e intentando tranquilizar su acelerado corazón, trató de encontrar las palabras para exteriorizar lo que sentía.

- ¿Alguna vez te has sentido perdidamente enamorada hermana?

- ¡Wow! ¡Miren quien me lo está preguntando! - rodó los ojos ante la expresión de incredulidad en el rostro de su hermana - El gran galán Itzaak Villaamil, al que las doncellas tanto anhelan tener tras de si..¿está enamorado? - Itzaak gimió y se cubrió el rostro nuevamente, tratando de no explotar de los nervios - Ya hermano, dime quien es la afortunada.

- No es tan sencillo sabes, creo que no estoy listo aún para decirlo en voz alta - Sintió como su hermana tomaba su mano y la apretaba suavemente - necesito procesarlo antes y decidir bien que es lo que siento por ella. Sabes que desde Amelia tengo mucho miedo a enamorarme.

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