Todo Depende De La Luna.

Quédate a mi lado.

La mañana del sábado me desperté, veo mi celular y me encuentro con un texto:
"Sinceramente no sé que siento, es todo muy confuso, no quiero dañarte, pero a la vez lo único que quiero es estar a tu lado. Lore."
Esto me lo había enviado anoche, por fin me dijo lo que pasaba por su mente, pero esto me confirmaba que ella está súper confundida y yo cada ves más embobada. No sabía si responder el texto, no sabía que escribir, estuve 10 minutos escribiendo y borrando, hasta que le envié lo siguiente:
"Quiero que sepas que pase lo que pase el cariño y amistad estará. Si me dices claramente todo lo que sientes no me dañaras, solo se sincera."
Después de esto me bajo todo el miedo a perder su amistad, ella se había convertido en alguien muy especial, alguien a quien quería mucho y estaba dispuesta a lo que sea con tal que no se fuera de mi lado.

Todo el día estuve pendiente a mi celular por si me llegaba un texto de ella, pero nada.
En la noche estaba a punto de ir a ponerme el pijama para acostarme y me llega una texto:
"Necesito verte, te espero en la plaza de tu casa. Lore."
Me arregle un poco y salí. Mire por toda la plaza y la vi, estaba sentada en una banca, al acercarme me di cuenta que estaba llorando, corrí a abrazarla y ella me abrazo muy fuerte.
Ya más calmada la mire y le limpie la cara porque tenía corrido el maquillaje.
- Hasta llorando te ves bonita.
- Cállate, idiota. - me dijo con una pequeña risa.
- ¿Qué sucedió?
- Estoy estresada, no sé que estoy haciendo y en mi casa solo hay ataos.
- Entiendo, lo de tu casa es normal, en todas las casas hay problemas y a veces nosotras no podemos hacer nada. Y lo otro ¿es por lo de nosotras?
- Si, es que nunca me había pasado esto, no sé si realmente me gustas, o solo me confunde el que seas tan preocupada y lo pase tan bien contigo.
- ¿Quieres que nos alejemos un tiempo? Así piensas bien.
- No, eso no. Te quiero a mi lado, te quiero para mí, no me gusta tenerte lejos y saber que todo esto te puede aburrir.
- No creo que me aburra.
- Si, te aburrirá, yo no estoy segura de lo que siento y eso de alguna forma, en algún momento nos alejará.
- Lore, lo que siento por ti es muy grande, te quiero demasiado y sé que pase lo que pase no me alejaré.
- ¿Y si llego a darme cuenta que solo era amistad? Te lastimaré.
- Bueno, tendré que ser fuerte y hacer a un lado lo que siento. Tampoco quiero perder la amistad.
- Te quiero, idiota. - se acercó y me abrazo.
Me quedé muda, tenía un nudo en la garganta que me impedía hablar, solo la abrace muy fuerte. Luego se apoyó en mi hombro y estuvimos un buen rato así, mirando los árboles, autos y gente que pasaba a esa hora. Me hacía feliz tenerla a mi lado, no me imagino estar lejos de ella, era todo lo que necesitaba para ser feliz, así de boba me tenía.
Pasaron unos minutos y me dice:
- Gracias por entender y no mandarme a la mierda.
- No agradezcas, te quiero.
- Idiota. Ya es tarde te van a retar.
- No me importa, es más si quieres te voy a dejar.
- Bueno, vamos porque a mí sí que me retaran.
Fuimos caminando y conversando, nos molestamos mucho, hacíamos cosas muy bobas, pero daba lo mismo, me gustaba verla sonreír.
Al llegar nos despedimos con un fuerte abrazo. Me fui rápidamente a mi casa, al llegar le envié un texto:
"Eres lo que más quiero. Haré todo lo que sea necesario para verte feliz."
Al instante recibí una respuesta:
"Eres tan mamona. Gracias por venir a dejarme."
Ella es poco expresiva, pero con que me respondiera me quedaba tranquila.

El día domingo nos enviamos muchos textos bien cariñosos, casi como pareja, pero no quería pasarme más películas.

Esa semana en el colegio hubo muchas miradas y andaba muy amorosa, la fui a dejar todo los días a su casa. Era una relación algo rara, no nos besábamos ni andábamos tomadas de la mano por todos lados, pero si existía esa complicidad y protección de pareja.

Todo iba muy bien hasta que se fueron enterando nuestros compañeros y peor, se enteró Javiera.