Amistad de verdad.

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Ha pasado ya un mes y estamos en los últimos días de clases. Después de la fiesta comenzamos a juntarnos más con Lorena, había muy buena onda.
Ya habíamos pasado los exámenes finales y solo queríamos salir de vacaciones, Javiera me contaba que ella iría al litoral con su tía, mientras que yo aún no tenía claro que haría, lo que si quedamos en juntarnos apenas ella volviera para no perder contacto.

El último día de clases mi curso hizo una fiesta para dar la bienvenida a las vacaciones. Al llegar note que estaban todos, incluso Mónica, hice como que no la vi y seguí hacia donde estaba Javiera. La salude y me dijo que nos acercáramos al grupo de Lorena, saludamos a todas las chicas, entramos en confianza altiro, nos reímos harto.. Hasta que Mónica se acercó:
- Así que ahora tienes amigas nuevas. -Se notaba que estaba ebria.-
- ¿Por qué no vas a molestar a otro lado?
- Tengo ganas de molestar aquí, ¿Crees que serás la héroe otra vez?
- Mónica, vete por favor, la estamos pasando bien.
- ¿Tus nuevas amistades saben todo sobre ti?
En eso Lorena se para frente de ella y le pide que se retire de ahí, pero no lo hizo:
- ¿A caso la Coni les contó que ella me besó? ¿Les contó que a ella le gustan las mujeres?
Hubo un silencio, todas me miraron con cara de susto como si fuera un monstruo.
- ¿Ves? Ahora notaras como son tus nuevas amigas. -Dijo Mónica.
Solo atine a salir de la casa, no sabía a donde ir. Corrí por cuadras muy oscuras, llegue a un paradero y me senté, tenía muchas ganas de llorar, pero justo pasó la micro y me aguante. No sé como llegué a mi casa, mi mamá ni lo noto, me puse el pijama y me acurruqué en la cama. Me dormí llorando y pensando en lo que había pasado, tuve pesadillas, dormí muy mal.

Al día siguiente no me atreví a hablarle a Javiera, ni tampoco me llegó ningún mensaje de ella. Así fue hasta fines de enero, cuando me llegó un texto:
       " Las verdaderas amistades
estarán siempre, no era
necesario ocultar cosas.
Acabo de llegar de la playa,
espero que nos veamos pronto.
Javiera."
De inmediato la llame y quedamos en juntarnos el fin de semana.

Ya era sábado, iba camino a juntarme con Javiera. Estaba nerviosa, pese que en el texto se notaba que no estaba enojada, igual no sabia como había tomado el tema. Al llegar me mira con cara de enojada, me golpea la cabeza muy suavemente y me dice:
- ¿Por qué no me contaste?
- No sé, Mónica me dijo que lo tomarías muy mal y me dio miedo.
- Eres muy mensa, quizás me costó entenderlo, pero lo que más me molesto fue el que no me contaras.
- Perdón.
- Ya pasó, espero que me cuentes las cosas tú y no enterarme por otras personas.
- Amiga, prometo que no pasará de nuevo.
- Está bien, ¿Vamos a tomarnos un helado?
- ¡Ya! Debes contarme cómo estuvieron tus vacaciones.
Caminamos hacia la heladería, nos sentamos y conversamos por horas.

Las últimas semanas de vacaciones nos  juntamos mucho con Javiera, incluso fuimos a comprar los útiles escolares  juntas. No queríamos volver al colegio, sentíamos que no aprovechamos del todo las vacaciones, pero bueno, debíamos volver a la rutina.

Todo Depende De La Luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora