Nervios

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Cuando terminó de cenar fue a su habitación muy nerviosa, se acomodó un poco su cabello y espero a que su profesor llegara a su despacho ya que ella había salido del comedor antes que él. Espero a que el reloj marcará el fin de la cena y se dirigió al despacho, le enojaba que estuviera tan cerca a solo unos cuantos pasos, eso solo hacía que se pudiera más nerviosa en cambio si hubiera  un tramo largo para caminar podría ayudar a tranquilizarse.

Y  es que ese pequeño y corto beso se había grabado en su mente, fue como si todos sus problemas desaparecieran,nunca se lo había imaginado de otra forma más que de su profesor mal humorado y sarcástico. Tenía demasiado claro que era bueno aunque quisiera demostrar lo contrario siempre alejando a las personas. Con todos esos pensamientos llego al frente de la de la puerta y sin pensarlo toco, unos segundos después la puerta se abrió solo dejando ver a su profesor sentado atrás de su escritorio revisando unos cuantos pergaminos.
S:pase señorita Granger-dijo sin levantar su vista.-tome asiento en el sillón.
Ella trató de no hacer ruido, observó todo el lugar, ahora podía ya que cuando iba dedicaba toda su atención hacia su trabajo. Era muy espacioso, todo de color café, lleno de libros, un sofá en el que estaba sentada, una mesa de madera sin nada encima enfrente de este, una chimenea a lado del escritorio de su profesor, y por el otro lado una puerta que suponía llevaba a su cuarto. Eran pocas veces las que llegó a tomar clases ahí pues casi siempre eran en el salón de pociones.

Volteo cuando escucho que su profesor se levantaba y caminaba hacia ella mientras los pergaminos que revisaba flotaban hacia un cajón. El se sentó a lado de ella e hizo aparecer una tetera con dos tazas vacías, y una con tarrones de azúcar.
Sirvió el té en ambas tazas y le tendió una. 
S:es de menta, dicen que ayuda a relajar.
H:gracias.-ella colocó 2 tarrones de azúcar mientras que él lo bebió solo. Al perecer no le gustaba las cosas dulces.
S:y.....¿quería preguntarme algo señorita Granger? Sobre las clases, una poción, o solo tomar el té.
H:yo...recordé cuando lo hacíamos en su casa, bueno no esto, si no leer, y cuando le conté sobre lo que pasó en el callejón....usted se esforzó, para hacer que hablara contándome cosas de su pasado.
S:que de seguro ya lo sabia por Potter
H:algo así, de verdad me ayudo mucho hablar con usted, gracias por lo que hizo y también por estar ese día en san mungo conmigo....
S: hice lo que usted hizo-ella lo miró confundía- cuando Nagini me mordió usted estuvo en san mungo todos los meses que estuve según Dumbledore cuidándome.
H:quería saber si se recuperaría...
S:tampoco es que la fuera a dejar ahí, en el callejón sí usted no hubiera hecho eso.....
H:señor puedo preguntar cómo fue su niñez.
S:con lo que pasó hace semanas creo que usted se imagina perfectamente cómo fue....mi padre era un alcoholico odiaba la magia y mi madre nunca lo dejo,-se encogió de hombros- el desenlace es obvio.
H:lo lamento....creo que ambos hemos sufrido, no digo que seamos las víctimas de nada  porque estoy consciente de cómo personas lo han perdido todo en esta guerra y aún así ellas son felices con lo poco que tienen y con la familia y amigos...quiero decir, no es por...amm...
S:suéltelo ya Granger 
H:no tiene que estar solo, no tiene que alejar siempre a las personas, es muy inteligente, tal vez no acepte abrirse y contarle todo a alguien pero....pueden hablar de otras cosas.
S:¿está proponiéndome que seamos amigos?-levanto la ceja.
H:¡¡no!!, bueno es decir, puede hablar y no refugiarse siempre en su despacho, no está tan malo como piensa, puede ser con Dumbledore, con quien quiera.....también conmigo podría-dijo esto poniéndose completamente roja. No sabía cómo es que aún no la había corrido de su despacho.
S:.........ya es tarde-miro el reloj de su pared-la acompañaré a su habitación.
Ella sonrió pues no eso no era necesario, por lo mucho su habitación quedaba a unos diez pasos de su despacho y con la zancada de él quizás menos de eso.
A pesar de que evitó responder lo que le había propuesto consideró esa noche un triunfo pues pensó que la echaría.

Ambos se levantaron y llegaron más rápido de lo que pensaban.
H:mmm...gracias por el té, tal vez podríamos repetirlo.-miro hacia el piso, tenía nervios, apretaba sus manos con fuerza.
S:¿repetirlo?......
H: si, o tal vez no...mmm
S: le parece mañana a la misma hora.
Ella abrió mucho sus ojos al escuchar eso, después levanto su vista y asintió con una sonrisa.
S:bien, buenas noches.
H:buenas noches

Lo observo caminar a su despacho, imponente como siempre, completamente erguido, cuando llegó ella se metió rápidamente para que él no viera que ella lo observaba pero era obvio que él lo sabía, sentía su mirada encima, una pequeña, imperceptible sonrisa apareció en sus labios borrándose al instante  y entro.

Sentimientos descubiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora