Cuando menos lo esperé tropecé con él. Fue imposible poderme resistir en aquel encuentro. Sus labios tocaron por primera vez los míos y juro que me sentí en el cielo. Es lamentable decirte que ¡no te recordé! Con él me sentí viva, tan plena, tan feliz, tan mujer. Y aunque estuvo mal, he de confesar que de nueva cuenta me quisiera encontrar con él.