Capítulo VIII "Deseo y posesión".

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Ya era viernes, éstos últimos días estuve tratando de evitar las insinuaciones de Karem, pero se me era imposible. Ya no podía negarlo definitivamente me gustaba esa chica.

Estaba esperando que Angie terminara de arreglarse para irnos a la universidad.

- Vamos. -Dijo subiendo al auto.

. . . . . .

Ya habíamos llegado a la universidad. Angie estacionó el auto y luego se quedó parada en la entrada.

- ¿Esperas a alguien?. -Dije a lo que Angie asintió.

Mi teléfono sonó, lo saqué del bolsillo de mis jeans. Era un mensaje de un número desconocido.

-xx: Esperame en la entrada Guillén.

Al principio no tenía ni idea de quien pudiera ser el mensaje, pero al releerlo caí en cuenta de quien era. Sólo ella me decía así, y debo admitir que me encanta que lo haga.

+Natacha: ¿Quién te dio mi número?.

-Karem: Sólo esperame en la entrada Guillén.

+Natacha: ¿Es una orden?.

-Karem: Lo es.

Leí ese último mensaje y no le di respuesta.

Me quedé a esperar unos minutos a Karem. Tal vez sonará contradictorio por la actitud que he tenido pero me mataba la curiosidad de saber que quería.

Estuve esperando unos 5 minutos cuando vi que la camioneta de Karem pasaba al estacionamiento. Supongo que vendría hasta aquí después de parquear el vehículo.
. . .

- ¿Sabes quién soy?. -Dijo Karem en mi oído mientras pasaba sus manos por mi cintura.

Oh Dios.

Concentrate Natacha.

- ¿Para qué me pediste que te esperara?. -Dije alejándome un un poco de ella. Necesitaba espacio personal.

- Necesito hablar contigo.

- Aquí estamos, te escucho. -Dije cruzandome de brazos.

- ¿Podríamos ir a otro lugar?. -Dijo viendo hacia los lados.

- Tengo clases en 5 minutos.

- Podrías faltar.

- ¿Escaparnos?. No quiero recibir una amonestación, así que no. -Dije seria.

- Vamos Guillén. Cierto si a la chica dork le da miedo escaparse porque es muy correcta. -Dijo haciendo morisquetas.

- Yo no soy ninguna dork. Es más, vamos Castillo. -Dije tomándola de la mano y llevándola hasta donde estaba su camioneta.

Cuando llegamos al estacionamiento estaba desierto. Todos estaban en clase. Cuando divise su camioneta la llevé hasta allá, y le solté la mano.

- Listo Castillo ¿quieres escaparte? Vamos. -Dije señalando la puerta del auto.

- Una cosa antes Guillén.- Dijo acorralándome contra la puerta de su camioneta.

Espacio personal, por favor.

- Estás demasiado cerca. -Dije en un todo casi audible.

Ella ignoró mis palabras. Tenía sus brazos a cada lado de mi cuerpo, estaba respirando en mi cuello. No podía pensar teniéndola tan cerca de mi. Lamió y mordió el lóbulo de mi oreja y yo no pude evitar soltar un suspiro.

- Ya. -Dije suspirando.

- ¿De verdad quieres que paré?. -Dijo besando mi cuello.

Joder no.

Abría mi boca para hablar, pero lo único que se escuchaban de ella eran suspiros.

- Te haría mía aquí mismo. -Dijo con frenesí.

A la verga con el orgullo.

La agarré por el cuello y pegué mis labios a los suyos. El beso era fogoso, se notaban las ganas que no teníamos. Sus manos estaban apretando mis nalgas, y las mías le halaban el cabello. Una de mis piernas estaba enroscada en su cadera, eso lo dio fácil acceso a que su pierna quedará en mi sexo. Cada vez la apretaba más hacía mí, podía sentir como palpitaba mi clítoris, también como se humedecían mis bragas.

El beso pasó de fogoso a desesperado. Nuestras lenguas estaban danzando juntas, mis dedos clavados en su cabello y su agarre en mis nalgas. Dios mío.

Nuestros labios se separaron y yo levante mi cuello dándole paso a él. Su boca estaba repartiendo besos por mi cuello y mi pecho. Con una de sus manos des abotonó mi camisa. Su boca dejó mi cuello y se fue a mis senos, ahora estaba pasando su lengua por mis senos. Mis ojos estaban cerrados y mi boca entreabierta. De repente sentí cuando chupaba uno de mis senos, yo no pude evitar gemir, podría tener un orgasmo con el simple hecho de sentir su boca en mi piel.

- Tus gemidos Guillén. -Gruñó en mi pecho.

Volvió hacer otro chupón y se alejó de mi. Estaba como a medio metro de distancia. Sus pupilas estaban negras de deseo. Sentía que quería comerme con la mirada.

- Te ves tan condenadamente sexy así. -Dijo mordiendo sus labios viéndome de arriba a abajo.

No me había percatado que estaba pegada a la pared de su camioneta, tenía la camisa abierta, no podía casi respirar, se notaba la excitación por cada uno de mis poros.

Se acercó a mí, cerró mi camisa no sin antes darme un beso en donde había dejado marcas.

Tendría que encargarme de ellas después.

- Esto queda pendiente, no sigo porque no quiero que escuchen tus gemidos, sólo yo quiero escucharlos. Y con respecto a las marcas, es para que sepan que es mi territorio Guillén. -Dijo con posesión.

Amo cuando me habla con posesión.

Se retiró y yo quedé ahí parada pensando en todo lo que había pasado.

Si te gusta.

Era peligroso lo que tenía pensando jugar con ella. Es muy posesiva, y nunca dejaría que alguien me tocara.

Amaba eso. Ya tenía la posesión, voy por la obsesión.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2016 ⏰

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