Capitulo 5

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La primera cosa que noté cuando llegué a casa fue la basura, una enorme pila de basura reunida en el centro del pequeño camino de grava. Mi corazón cayó al piso cuando me percate que eso no era basura. Era nuestra vida.

De Nan y mía.

Nuestra ropa, nuestros muebles, todas nuestras fotos y recuerdos habían sido apilados como un montón de basura. Escalé la pila y me arrodillé en el centro, pasando mis manos sobre el enredado cabello rojo de la muñeca favorita de Nan, la llamaba Daphne. Nan solía decirme que la muñeca le recordaba a mí. Pensaba que era solo por el cabello rojo, hasta que un día me dijo lo contrario.

—Es porque ella es resistente —me dijo—. Esta muñeca ha pasado por dos incendios, un entierro brutal en el patio delantero por un perro rebelde, y un accidente de ahogamiento en el inodoro. —Ella se inclinó sobre el mostrador y me susurró—: Se salvó. Todo lo que Daphne necesitaba era un poco de arreglo y una dosis de amor. Todas las veces, se recuperaba, algunas veces resultaba salir mucho mejor que antes. —Puede que en ese momento solo tuviera trece años, pero sabía que ya no hablaba sobre la muñeca.

A su manera Nan, trataba de explicarle a una niña de trece años que a pesar de que la vida te diera una pila de mierda, no necesitabas rodar sobre ella y hacer ángeles de mierda.

Esa era mi versión de su lógica.

Bajé de la pila, sin soltar a Daphne. Mientras me acercaba al porche, vi un papel brillante de color verde con pinta de verse muy oficial, clavado en la puerta. No pude distinguir las palabras hasta que estuve frente a él. El papel decía:

ESTA PROPIEDAD HA SIDO DESALOJADA POR LA OFICINA DEL SHERIFF DEL CONDADO DE CALOOSA BAJO LA AUTORIDAD DE LA CORTE. 

ORDEN EN RELACION A LA EJECUCION HIPOTECARIA DE 4339 PINEPASS ROAD. 

Caso # 4320951212102013 Primer Banco de Coral Pines vs. Georgianne Margaret Ford. 

LA ENTRADA POR CUALQUER PERSONA SIN PERMISO DIRECTO DE EL SHERIFF DEL CONDADO DE CALOOSA O LOS PROPIETARIOS: PRIMER BANCO DE CORAL PINES. SERA REMOVIDO Y PROCESARO POR LA AUTORIDAD COMPETENTE. 

Nota Especial: LAS CERRADURAS HAN SIDO CAMBIADAS.

Arranqué el aviso de desalojo de la puerta y me senté sobre los escalones del porche. Gimieron y crujieron con cada movimiento, haciéndome sentir tan incómoda como lo hacía el papel que tenía entre manos. Lo estudié una y otra vez, esperando ver un "es una broma", u otra línea parecida.

No había ninguna.

El pequeño pedazo de papel verde brillante determinaba todo, y ese todo no era nada.

¿Por qué no me dijo Nan que estaba perdiendo su casa? Hubiera podido ayudar. Habría dejado la escuela y conseguido un trabajo.

Contesté sola a mi maldita pregunta.

Claro que no me diría nada. Ella quería que me graduara. Lo decía todo el tiempo, todos los días si es que podía mencionarlo. Era como un disco rayado.

—Quieres pastel... gradúate de la escuela.

—El sol esta fuerte hoy... gradúate de la escuela.

Seguramente Nan pensaba que al tener mi certificado secundario mi vida de alguna manera terminaría bien.

Con la carta de desalojo en una mano y Daphne en la otra, la obsesión de Nan para que me graduara era para reírse, en un modo triste y retorcido.

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