Capitulo 9

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No regresamos en la motocicleta de Jake. En cambio, volvimos en una vieja camioneta naranja de Nan. Le tomó menos de una hora de clasificar y cargar todo en el patio. Eso es lo poco que tenía.

Jake y yo trabajamos en un silencio cómodo al que estaba empezando a acostumbrarme cuando él estaba cerca. Ni siquiera le pregunté dónde esperaba dejarlo todo. No me habría sorprendido si nos hubiéramos detenido en un contenedor de basura para descargarlo.

Jake me sorprendió una vez que estuvimos en el taller, al descargar mis cosas en una caseta blanca detrás de bancos de trabajo. Cuando terminamos, cerró el cobertizo y me entregó una llave.

—Todo tuyo —dijo. Me protegí los ojos con mis manos gracias a los brutales rayos de sol.

—¿Y ahora qué ? —pregunté, metiendo la llave en el bolsillo.

—Ahora, me haces la cena, masajeas mis pies, te conviertes en mi esclava sexual y limpias las canaletas. —Me guiñó un ojo.

—¿En serio? —Me gustaba bromear un poco con él.

—No. Pero la recepcionista aquí acaba de renunciar, así que si quieres un trabajo, puedes ayudar a responder a los teléfonos por Reggie. Él no tiene exactamente habilidades para tratar a la gente.

—No sé si mis habilidades para tratar a la gente serían mucho mejores. —No estaba segura de que incluso tuviera una habilidad.

—Ayer, Reggie le dijo a una mujer que si no sabía cómo cuidar su coche, entonces no tenía derecho a poseerlo.

—Bien, creo que puedo hacerlo mejor que eso —le dije—. Pero solo porque él es peor que yo en eso.

—A menos que prefieras tratar de encontrar trabajo en otro lugar. Eso está bien, también. Hay un restaurante a pocos kilómetros. Te verías muy bien en el uniforme. —Se echó a reír. Sabía exactamente lo que estaba haciendo. Parecía conocer el único detalle que le haría meterse debajo de mi piel.

—¿No le importará a tu papá que trabaje aquí? —No quiero ser molestia de nadie.

—No. Se encierra en su casa, no sale mucho. Nadie lo ha visto en mucho tiempo, y no voy a hacerle una visita a domicilio.

—Eso es una mierda.

—Es mejor si no nos vemos, de todos modos. Las cosas no terminaron bien la primera vez que salí de la ciudad. No debería tomar mucho tiempo para arreglar el lío que ha estado ignorando en este negocio. Entonces, me iré de nuevo. —Miró hacia el cielo, con la mente, obviamente, en cosas que lugares como Coral Pines no podían proporcionar.

De vuelta en el apartamento, Jake nos hizo dos sándwiches mientras estaba sentada en el mostrador. No me di cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que había comido por última vez. Pude oír gruñir mi estómago cuando él me entregó mi pavo y queso en un plato de papel. Cortésmente lo ignoró, aunque era lo suficientemente alto para que los vecinos lo oyeran.

—¿Qué haces? —pregunté—. ¿Eres un mecánico cuando no estás aquí?

—No exactamente.

—¿Cómo puedes no ser exactamente un mecánico?

—Tengo habilidades mecánicas, pero solo trabajo como mecánico cuando estoy aquí. —Entonces, preguntó—: ¿De dónde eres? —Tomó un gran bocado de su sándwich por lo que su boca estaba llena. Tanto la pregunta y el rellenarse la boca eran tácticas de evasión que había usado yo misma. Tal vez, se sentía avergonzado de su trabajo regular. No presioné.

—Del área de Atlanta, creo —le respondí. Estaba bastante segura de que era casi correcto, porque mis padres habían estado dentro y fuera del sistema de la prisión estatal de Georgia. Cuando alguien preguntaba, por lo general decía Atlanta porque es la única ciudad que recuerdo que está en Georgia.

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