Capítulo 12: Éxtasis

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Derek

Caminé.

Me tomé todo el tiempo que pude.

Había salido del bar, con una intoxicación severa en las venas por alcohol; dejé mi auto en el estacionamiento, así que tuve que regresar por él.

Estaba en el lugar donde lo había dejado, me subí y arranqué el motor con la intención de ir a casa.

Comencé a manejar sin ningún problema, cuando sin verlo venir, mis brazos caen de golpe azotando con violencia en mis piernas. El volante me parecía lejano, no tenía control de mis músculos. No podía mover los brazos, sentía que me pesaban.

La tacha había echo efecto. Y había opacado por completo a Mary.

Mis movimientos parecían rápidos, pero realmente me estaba tardando minutos en mover un misero dedo.

Veía las luces de los semáforos alcanzables, aun estando dentro del auto sentía que podía atrapar sus colores en mis manos. Podía sentir el olor de las llantas cuando frenaba de golpe.

Era un alivio que sea de madrugada y no hubiera carros circulando, sino ya estaría estrellado contra uno.

Chocaron recuerdos en mi mente; alegría. Sentía alegría con recuerdos que deberían ser deprimentes. Pensé en Sam, y comencé a cantar todas las canciones de Aerosmith.

Mi voz sonaba espantosa, pero me daba pequeños calambres en la garganta, no creí que eso fuera posible, pero era como si mis notas vocales salieran de un lugar de mi cuerpo aún más profundo.

Tenía ganas de marcarle a todo el mundo y decirles que perdonaba todas las cosas malas que me hicieron. Consideré incluso en llamar a mi ex, Gina, para decirle que la perdono por dejarme.

No lo hice.
Mi sentido común me detuvo o estoy tan drogado que hasta se me olvidó dónde había dejado el celular.

Me sentía bien. Me sentía libre.

.

Llegué a casa rozando las cinco de la mañana. No sé cómo mierda, pero llegué.

Antes de entrar observé mi nuevo tatuaje. El nombre de mi mejor amigo resaltaba en fresca tinta negra. Las letras aun bailaban en mi cabeza, mi vista comenzaba a tornarse normal. El éxtasis estaba siendo absorbido por mi cuerpo, para acabar de esa manera.

Esperé unos cuantos minutos más para estar completamente consciente. La luz se encontraba encendida, lo que decía que mamá me estaría esperando.

Entré a la casa y en el sofá se encontraba sentada mi madre, se mordía las uñas con desesperación.

La había preocupado. Lo notaba en su mirada.
— Ya llegué mamá.

Sus ojos encontraron los míos, se puso de pie y corrió hasta mí, me estrechó entre sus brazos como sólo una madre puede hacer.
—¿Dónde estabas cariño? ¡Me tenías con el pendiente Derek!— Me tomó el rostro con sus manos, —Desde el funeral de Sam... No te volví a ver bebe...

Era cierto, prácticamente estuve fuera de casa ayer, hasta hoy que había regresado.

Tranquilo Derek.
No llores...
No llo...
No...

— ¡Mi amigo mamá! ¡Mi amigo!— Me rompí. 

Y no quiero decir que me rompí haciendo el peor ruido del mundo, me estaba rompiendo en silencio. Lloraba en silencio. Y esa era la peor parte, cuando te niegas a dejar salir el llanto como debe de ser.

All Of Me: "Ninfas Y Otras Drogas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora