Capítulo 28: Bala pérdida.

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Derek

Desperté con ganas de comerme el mundo, mejor dicho, de comerme las horas. Ya quería que sea mañana para ir a ver a Victoriana. Me costó un poco menos pensar si debería salir de mi habitación o no.

Salí y me encontré con papá y Sonia en la mesa hablando, cuando me vieron guardaron silencio. Sonia me miró con desdén, se puso de pie y se fue a la cocina.

Yo la seguí con la mirada, así que de eso se trataba, me iba a estar evitando y haciéndome caras en toda mi estancia aquí. No me podría importar menos. Me hace un favor, a mi tampoco me cae bien.

—Hola papá.

—¡Derek!— Papá me saludó con bastante ánimo.

—Veo que la situación entre ustedes está bastante tensa.

Él hizo un gesto de "cero importancia" con su mano.

—Ya se le va a pasar, ¿Qué tal todo?

—Hasta ahora bien.

—Me alegra, temo que te dejaré un momento hijo, tengo que ir a comprar cosas para el almuerzo,— Papá se puso de pie,— Te traeré comida china.

Me quedé sentado, observando un jodido punto fijo. Alguien se sentó a mi lado, el aroma de su perfume me hizo reconocer de quién se trataba, y sin ni siquiera mirarla.

—¿Podemos hablar?— Gina me hablaba con temor.

No me gustaba que las personas me temieran, yo no era ningún monstruo.

—No lo se— le dije.

—Tomaré eso como un sí.

—¿Sobre qué quieres hablar?—Aún no la miraba.

Era sorprendente que me negara a mirarla, era absurdo, los dos vivimos bajo el mismo techo ahora, no podía evitarla por el resto de los días. Era infantil.

—Sobre nosotros Derek, quiero que hablemos como familia.

—No somos familia— Traté, en verdad traté de endulzar mi tono.

Ya no quería tener más dificultades, era alguien nuevo y dejar mi pasado atrás no era una opción, tenía que enfrentarlo. Hacerlo mío sin que me doliera. —Sé a qué te refieres— parecía pensar sus palabras,— Pero necesito cerrar esa etapa de mi vida.

—¿Crees que es doloroso para ti?— Por fin la miré confundido. Sus palabras eran absurdas.

En ella ya no existía nada de lo que una vez me enamoró. Sólo era Gina, ya no tenía esa magia que me hacia sonreír. Ya no había nada.

—Es doloroso también para ti Derek, lo se. Pero siempre te encerraste en tu burbuja. Te aislaste con todo el dolor dentro de ti. A mí igual me dolió.

—Lamento eso.

Lo decía de corazón, en verdad lo lamentaba. No era mi intención, pero el dolor te vuelve egoísta, te vuelve de piedra. Creí que Gina era la culpable, pero no me había puesto en su lugar.

Así somos todos los seres humanos, egoístas. Cuando terminamos una relación nos convencemos de que no necesitamos a la otra persona, que podemos vivir sin problemas fingifiendo de que su aliento no es nuestro oxígeno. La realidad es cruda y se disfraza de un amor propio que muchas veces es falso. Hombres y mujeres terminan una relación y se meten al gimnasio, se arreglan las uñas, se tiñen el cabello, otros buscan a ese supuesto "clavo" que les ayudará a sacar al "clavó" anterior. Todo es mentira, el dolor y la negación se esconde en eso que llaman "amor propio".

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⏰ Última actualización: Jul 07, 2021 ⏰

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