Caminó dos kilometros sin detenerse ni un solo momento a descansar, no dejó de pensar en su pasado y en las horas transcurridas, y huía de ellas sin querer si quiera atesorarlas en su memoria, quería borrarlas, pero era imposible, cada latido, cada lágrima le rogaba volver, sin embargo su cordura la mantuvo firme y no se dejó caer, y siguió caminando a su anhelada montaña para lanzarse de la cima y poder volar, respirar el cielo y dormir con las estrellas, lo necesitaba, necesitaba olvidarse de él.
Rose no había experimentado tanto dolor en su vida, ni siquiera cuando le dijeron que jamás podría quedar embarazada, ni siquiera cuando no pudo costearse la universidad ni viajar a Santiago de Compostela como siempre había soñado. Richard la había asesinado, la había encarcelado en una casa bajo la mirada de su familia y no dejó de sentirse miserable bajo esas cuatro paredes. Bajo sus golpes, bajo sus gritos, bajo su ira. Soportó todo por amor, bajo la sensación de necesidad, hasta que no soportó más y vivió. Volvió a nacer bajo su piel llena de llagas y cicatrices, huyó sin su cuerpo a las altas montañas en busca de refugio y se encontró con el arte perfecto de la naturaleza, bajo el manto del cielo y no quiso volver nunca más, ni por mil docena de ramos de rosas ni una tonelada de chocolate en forma de corazones, no volvería tras su antigua mujer, iría bajo la piel de una nueva. Como una serpiente se había desnudado de las llagas y escamas que no le dejaban crecer y las dejó antes de encontarse a sí misma.
Adiós, Richard.- Susurró y se confundió con la tierra, el mar y la luz de la luna.
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YOU AND ME
RomanceAntes de ir en un viaje interminable de angustia y desazón, Rose busca entre los vestigios de un ayer los restos de la esencia que le es arrebatada y que le impide conocer por completo sus deseos y sus secretos, pues ambos han sido guardados en una...