Hace un tiempo contemplé la noche tras haber visitado la playa, prendí una fogata y un cigarrillo, pude sentir el beso de la brisa y la sal del mar volar a mis cabellos, escuché las voces del océano y pude contemplarme a mí misma en las ondulaciones de las luces anaranjadas que crepitaban en el silencio de la noche. Caminé a la orilla y me deshice de mis zapatos, mojé mis dedos con la gélida y baja marea y seguí avanzando, mis muslos se contraían y el resto de mi cuerpo se erizaba, me deshice de muchas ataduras esa noche, mi vestidos, mi coleta y mis preocupaciones. Reí con todas mis fuerzas y me lancé a nadar a pesar del desconcierto de la luna y le sonreí con ternura, musité gracias y cerré los ojos.
El oleaje me estaba llevando, las algas rozaban mis talones y el susurro del viento eran reconfortantes, me sumergí en el agua y abrí los ojos, sabía que se me enorejecerían, pero ahí estaba contemplando la oscuridad de las aguas y me imaginé en una tierra lejana, siendo sirena y una ninfa viajera, me imaginé tantas vidas distintas, pero ahí estaba yo sumergida en mi vida y flotando en el placer de la noche, soñando con nada más que la luna y sus placeres de astro. Salí a contemplar las dos oscuridades de la noche, y lejos en la orilla aún abrasaba el fuego las ramas secas y las cáscaras secas de papas que había utilizado para mi pequeño faro. Afuera tras unas rocas estaba mi bicicleta y mi vida completa, una vida llena de sueños y expectativas de lo que podría prepararme el futuro. Sonreí a modo de despedida y con un grito de jubilo celebré mis veintiún años, le agradecí a Dios y regresé tras media hora en el mar, totalmente empapada y crispada por el frío, corrí a la fogata y me recosté a su lado, admiré la isla y cerré los ojos. El día siguiente sería increíble, dejaría mis playas, pero sería libre, Dios así me lo había prometido y yo le creía. Estaba sorprendida de todas mis fortalezas tras años de esfuerzos, y volví a gritar sonriendo y agarré mi mochila y saqué una pequeña radio a pilas, tenía que celebrar, coloqué un cassette de mi madre y comencé a bailar a su alrededor como una bárbara, no dejé de saltar y me reí de mi misma al pensar qué sentiría las rocas al verme y me reí más alto, Bon Jovi arrasaba con su último album y yo no cabía en sí de mi felicidad.
Saqué ropa de mi mochila y me desnudé, contemplé el ligero vello de mis muslos y me acaricié con dulzura, nada era mejor que ese momento, ese momento conmigo, con el mar y el cielo, tomé mi pantalón y una polera, me quité la arena de entre los dedos y me coloqué los zapatos, quemé la ropa húmeda y bautice esa noche como un nuevo comienzo, como un nuevo capítulo de mi larga vida. Cómo un nuevo parpadeo en las miradas de mi vida y en ese mismo momento me amé, me amé por ser lo que soy y lo que fui y sería. Tendría un nuevo comienzo en el amanecer y mi vida y mis deseos podrían dejar de ser solo deseos y convertirse en realidades, navegaría por el amazonas, caminaría por El Cairo, haría el amor en París, comería pastas en Italia y haría el viaje de mi espíritu por España...sabía que lo lograría, asi que cerré los ojos y me enamoré de mi cielo una vez más.
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YOU AND ME
RomanceAntes de ir en un viaje interminable de angustia y desazón, Rose busca entre los vestigios de un ayer los restos de la esencia que le es arrebatada y que le impide conocer por completo sus deseos y sus secretos, pues ambos han sido guardados en una...