III: Aviones De Papel.

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Cuando desperté en la mañana, todo mi cuerpo dolía. Noté un par de moretones en mis brazos y algunos en mis piernas, los cuales hicieron estremecerme.

Sabía que eso pasaría.

Todos los días, un poco de mi vida se iba lentamente, aún si una parte de mí se sentía cada vez más viva.

La silueta de Jade y su risa se hicieron presente en mi mente, tal como si fuera una caricia en mi corazón intentando consolarme. Me sentí realmente mal, quería vivir más, mucho más.

—Buenos días, Perrie. —Jesy entró con su típica y dulce sonrisa, trayendo mi desayuno. A duras penas le respondí y empecé a comer. —¿Cómo te fue ayer?

Me detuve un segundo y la observe de reojo.

—Jade era Robin Hood, solo que la atraparon. —dije con un tono casi infantil. —Solo que su historia no terminó con una boda.

—Te agrada mucho, ¿no?

Me limité a asentir y pasar el resto del día observando un reloj que Jesy trajo para mí, hasta que decidí que era hora de acercarme para ver a Jade.

Sin prisa alguna, crucé los pasillos del hospital, observando cómo vidas similares a las mías intentaban luchar contra la enfermedad.

¿Por qué la vida era así? Rompiéndote en tu mejor momento, robándote las aspiraciones y destruyendo tu alrededor.

Sin darme cuenta, me encontré llorando sentada frente a la ya bien conocida reja.

—¿Por qué lloras, princesa?

No me di cuenta cuando sonó la campana o cuando Jade apareció. Quité mis lagrimas algo desesperada y sonreí triste.

—A veces la vida no es justa. —murmuré a duras penas.

—¿Quieres contarme qué te pasó? —preguntó. Subí la mirada y noté preocupación en sus ojos, haciéndome sentirme querida. Sin embargo, sólo negué con mi cabeza. Jade, a su vez, asintió y me mostró un papel en sus manos. —¿Me enseñas a hacer aviones de papel?

Pasó el papel por las rejas y lo tomé, asintiendo. Le mostré con cuidado y determinación cada paso para doblar el papel.

—¿Entendiste? —murmuré. Ella asintió y me observó divertida.

—¿Crees que vuele? —preguntó. Supongo que Jade entendía que no quería hablar, así que simplemente me levanté y di unos pasos para atrás, solo para tomar impulso y lanzar el avión, el cual, sorprendentemente planeó sobre la barrera que nos separaba. Nos miramos sorprendidas y empezamos a reír con emoción. Ella tomó el avión y de su short gastado sacó un lápiz, deshizo el avión y escribió en él.

—¿Qué haces? —ella me observó y me hizo señas para que esperara. Volvió a armar el avión, siguiendo los pasos que le había mostrado, entonces lo lanzó y yo corrí tras de él para agarrarlo. En cuanto lo conseguí, Jade se estaba retirando.

—¡Nos vemos mañana, princesa Pezza!

No pude despedirme, así que solo apreté el avión contra mi pecho y caminé hasta el hospital. En cuanto llegué a mi habitación, decidí ver que había escrito Jade en el trozo de papel.

"Tu sonrisa ilumina el gris de mis días, por favor, no estés triste.
Aún si no te veo, espero que sonrías y el sol brille."

Aviones De Papel [Jerrie Thirlwards] |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora