Capítulo 2: Hogar

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Al abrir los ojos la luz me golpea.
–Ya era hora dormilona– me dice mi hermano menor frente a mí. Aún lleva puesta su pijama de frutas y anda su pelo alborotado.
Se acerca a mí -Soñabas -me dice.

Asiento. Los sueños son algo que compartimos. A él también le afectan. Vemos cosas que nos hacen saber que somos diferentes. No somos de este planeta. Nuestro planeta natal es Lorien. Un lugar que era maravilloso: hermosa naturaleza, paz entre sus habitantes quienes desarrollaron poderes llamados legados. Hasta que los Mogadorianos acabaron con todo.

Siempre soñamos regresar, pensar que cuando toda la persecución termine, regresaremos y nos uniremos a los otros 9 como nosotros. Sólo que ellos creen que únicamente ellos escaparon.

Veía el día que escapamos le cuento mi sueño. Él escucha atentamente. Dayvis es un Garde como yo, han pasado 9 años desde que escapamos de Lorien y nos adentramos en este planeta. Él y yo desarrollaremos legados, no sabemos cuándo ni cuáles serán, pero nos ayudarán a pelear.

-¿Crees que pronto los encontraremos? -me pregunta.

- No lo sé, Tyson está encargándose de eso. - a pesar de nuestra corta edad, sabemos lo suficiente para entender la gravedad de la guerra en la que estamos. Aún así, vivimos una vida normal como cualquier humano, al menos es lo que nuestro hermano mayor Tyson nos ha dicho.

La puerta de nuestra habitación se abre. Tyson viste su traje formal, camisa de vestir larga, su pantalón caqui y su corbata negra con rayas favorita.

- Hora de la escuela par de holgazanes. - Nos dice.
Es la señal y ambos nos levantamos. Nuestro apartamento es pequeño, dos cuartos, la pequeña sala con unos cuantos muebles para vivir cómodamente una familia de tres: Un muchacho quien después de la muerte de sus padres se ha hecho cargo de sus hermanos menores, la cocina y dos baños. Hay un cuarto extra que es la oficina de Tyson, la fachada es muy real y certera en cierto modo, la verdad es otra.

Entro en el cuarto de Tyson. Él está guardando algunos documentos en su portafolios.

- ¿Alguna novedad? - le pregunto apuntando a su ordenador que aún sigue encendido.

- No ha habido noticias. No te preocupes...

-Es lo que siempre me dices-  reprocho.

Él se acerca y me acaricia la cabeza.

-Recuerda, en parte es mejor no saber nada, ellos son muy jóvenes como ustedes, no tienen legados tampoco.

- ¿Cuándo vendrán? ¡Creo que estoy lista! - le digo.

Él me da su mejor sonrisa, esa que usa cuando hacía reproches de más pequeña.

-Todo se aclarará en su momento. Por ahora lo que te toca es ser una niña normal.

-¡Pero no soy una niña! - digo impaciente.

Me alza una ceja
-Te falta poco, estoy seguro que pronto estarás lista para recibir tus legados. Por ahora concéntrate en tu examen de matemáticas de hoy y vencerme en lucha.

Frunzo el ceño y él me sonríe. Eso fué el fin de la discusión, sé que se acabó, quiero hacer más por mi pueblo y mi gente, el sueño de hoy me dió una descarga de furia y energía.

Pero sé que es inútil, aún soy muy jóven, tendré que esperar.

El día en la escuela transcurre normal, Dayvis y yo pasamos inadvertidos por humanos normales, cuando la tarde se viene, ambos vamos a la oficina de Tyson.

No necesita trabajar, habían suficientes joyas de Lorien en la nave para abastecer a un continente.

Debajo del edificio hay un sótano. El lugar es inmenso, hay pesas, barras, ligas, pero también computadoras; Caben al menos dos canchas de fútbol americano, Ideal para entrenar y estar en contacto con las cosas que pasan arriba.

El departamento es una fachada. Éste es mi mundo, un centro de entrenamiento.

Mis hermanos están llegando y como siempre, soy la primera en llegar. Dayvis entra con su short y su camisola, yo llevo un Short cómodo y una camisa; Tyson entra con sus pantalones jeans y camisa, extraña combinación para entrenar, pero es su estilo.

Empezamos calentando, para luego hacer nuestra rutina de gimnasio. Hoy toca resistencia, entramos y luego de un descanso, vamos a mi parte favorita: Lucha cuerpo a cuerpo. Hay un muñeco con el cual practicamos, lo apodé Randy. Cuando era pequeña, un chico llamado Randy del preescolar me molestaba, no le gustaba mi cabello castaño largo.

Randy era un niño regordete, grande para su edad y atemorizante. Sus días de molestar se volvieron muy frecuentes, hasta volverse una rutina, no había día que no ensuciara mi cabello. Llegó un momento que quise cortarlo. Mis hermanos no sabían nada, Dayvis estaba en otro salón, pensé que podría resolverlo yo sola, quería demostrar que era fuerte. La maestra siempre le reprendía y le avisaba a sus padres, pero ellos nunca actuaron, no les cabía en la cabeza las cosas malas que su hijo hacía, según ellos, yo lo provocaba, por tanto, él seguía acosándome, hasta que me golpeó. Cierto día colmó mi paciencia, lo enfrenté y lo que recibí fué un puñetazo en mi cara, Randy me tomó del pelo y se disponía a cortarlo, Dayvis actuó, lo vió y corrió e inmediatamente lo golpeó. En ese momento no sabíamos luchar. Randy lo dejó con el ojo morado, pero entre los dos lo golpeamos también y ese fué motivo de expulsión para ambos. Al idiota del gordo no lo sacarían, sus padres eran muy influyentes y poderosos.

Desde entonces, ambos nos propusimos no dejar que nadie ni siquiera nos tocara.

Tayson nos ha enseñado muy bien. Él no es un Garde. Él nació siendo un Cêpan. Según lo que nos ha contado, un cêpan es asignado a un garde para que le guíe y sea su entrenador personal. En nuestro caso, Tyson ha tenido que hacerse cargo de ambos, no conozco a los otros cêpan, pero Tyson es excelente, sabe luchar, nos ha contado sobre algunos legados que conoce.

Dayvis y yo jugamos a lo que haríamos si tuviéramos un legado en particular, mi favorito es el de congelación, a mi hermano le gusta más el de súper fuerza.

Los días pasan así, transcurren de manera monótona, pero pronto sé que esto cambiará, algo me lo dice, sé que nuestras vidas están a punto de sufrir un giro.

Legados de Lorien:  Archivos perdidos: Legados de los sobrevivientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora