Capitulo 1||Y te encontré.

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Café Rimiku•3:37 p.m.

El protagonista de esta historia; un peliazul alto, ojos grises y con apariencia tranquila, así era el médico (y maestro) Sebastian Okumi ,el cual estaba ya muy cansado de tantos problemas ese día, estaba tomando un café y fumando tranquilamente unos cigarrillos. Suspiro tras suspiro de cansancio hizo que su acompañante y amigo le mirara extrañado.

-Oye,¿Estas bien?.-le preguntó el ya mencionado anteriormente; su nombre era Akutawa Yagami. Un chico de cabellos rojizos, ojos azules semejantes a el hermoso cielo que se veía siempre en verano y/o primavera.-¿Okumi-san?- finalmente lo sacó de sus pensamientos para voltear a verlo.

-¿Eh ...? Ah, lo siento. Me fuí por un instante de la realidad.-

-Si, lo noté. Hace rato que te has acabado el cigarrillo pero tú sigues dándole caladas como idiota...-dijo el pelirojizo mientras cruzaba ambos brazos sobre su pecho -¿Acaso ha pasado algo en el hospital de los que no me haya enterado?- preguntó. Si, tanto el pelirojizo como el peliazul eran médicos y muy bien pagados.

-Pues... Digamos que hoy fuí el encargado de darles las "malas noticias" a los familiares, - agregó comillas con los dedos -es algo deprimente el ver como de ponen a llorar cuando les digo... Se han de sentir debastados.- su amigo llevó su mano a su hombro, tallándolo con intenciones de relajarlo.

-Ya te acostumbrarás.-

-Supongo que si...- dijo mientras le daba un pequeño sorbo a su café. Sacó su cajetilla de cigarrillos y tomó uno de los mismos. Comenzó a fumar, como siempre que se sentía estresado.

-Por cierto,- habló el pelirojizo -ya deberías conseguirte una pareja estable- cambió de tema, algo que tomó por sorpresa al ojigris.-No me importa si es hombre o mujer pero yo quiero ver a dos pequeñines corriendo de un lado a otro diciéndome "Tío".-

Sebastian rió levente ante el comentario de su amigo de la infancia. Aunque debía admitir que tenía algo de razón, hace días...no, hace meses que había terminado con Kyu. Ya necesitaba una pareja.

-Okey, okey ya vere-...- no logró terminar de hablar ya que un grupo de chicos había entrado al establecimiento y uno de esos chicos había llamado su atención. Peliplateado, unos hermosos ojos azabache, piel muy blanca. Por lo que veía iba a el colegio donde él trabajaba -Esto gracias al uniforme-. Sus miradas habían chocado y, aunque fueron solo por unos segundos, tanto a Sebastian como al otro chiquillo les parecieron horas.

Era el chico más lindo que había visto en mucho todo tiempo. Sus preciosos ojos negros azabache, con solo ver el brillo de estos su corazón dió un brinco. Ambos chicos se sonrojaron y desviaron las miradas.

-¿Sebastian?-
-¿U-Uh?...¿Q-Qué?-

-¿Acaso vives en la luna? Siempre te vas de la realidad y no parce que quieras volver a ella si yo mismo no te regreso.- dijo en tono de reprimenda.

El otro vio de reojo cómo el grupo de amigos que había entrado se sentó justo a un lado de ambos mayores. Esto hizo que estos voltearan; Yagami porque quería saber que era lo que traía a su amigo tán idiotizdo en ese momento y Sebastian para ver a la persona que lo había idiotizado más de lo que estaba.

-Oh, ya veo porque estas así,- dijo sonriendo pícaramente-Es lindo no te lo voy a negar.- dijo mientras volteaba a ver de vuelta a su amigo.

-Lo sé~- suspiró como adolescente enamorada -Me acaba de robar el corazón.- Yagami se empezó a reír a carcajadas, claro, de manera que no llamara mucho la atención en el lugar.

-Lo-Lo siento- se disculpó entre carcajadas -pero... es que sonaste tan cursi...- habló entre risas ya más suaves.

Sebastian se encogió de hombros y volvió a ver al misterioso pelipaletado.

Diferentes caminos, uno para escoger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora