Let her go

Capitulo 9

Desperté confundida sin saber donde me encontraba, cuando por fin pude despertarme bien, recordé que me encontraba en casa de Natalie. Lentamente me fui levantando de su cama, intentando no despertarla. Caminando en puntas de pie me fui alejando hasta que salí de su habitación, me dirigí hacia el comedor, donde se encontraba Ana, para preguntarle si podría llevarme al colegio, ya que mi madre pensaba que me encontraba allí e iría a buscarme, estaba por hacerse la hora de salida.
- Hola Ana.- Dije despacio. Ella se dio vuelta para verme y sonreirme, tenía una taza de café entre sus manos, estaba viendo las noticias de la tele.
- Espero que hayan dormido lindo.
- La verdad que sí.- Rei apenas.
- Me alegro de que Natalie y tu estén juntas, lo digo de verdad, le haces tan bien, y ella es tan feliz contigo, espero que tu también lo seas.
- Yo realmente soy feliz con ella, y me alegro de haberla conocido, ella me ha cambiado en muchos sentidos, y para bien. Sigo un poco confundida con respecto a que siempre me considere heterosexual y ahora todo es tan distinto.- Ana fruncio su ceño al escuchar aquellas últimas palabras salir de mi boca, rápidamente me apresure para corregirme.- No estoy confundida con lo que siento hacia ella, si no a lo que siempre creí que era.
- En la edad que tu y Nati se encuentran ahora es una edad de muchos cambios, confusiones, y preguntas sin respuestas, tal vez tu sexualidad realmente no estaba definida por ti misma si no por la sociedad, y por eso admitias que eras heterosexual, hasta que por fin pudiste ver que no era así sin miedo de lo que realmente eras.
- Wow, gracias...- Esas palabras habían aclarado tanto mi cabeza, no en su totalidad pero si en gran parte.
- ¿Quieres que te lleve hasta tu colegio? Supongo que tu mamá piensa que te encuentras ahí e irá a buscarte.- Me había leído la mente.
-Si no es mucha molestia...
-La verdad que no lo es.- Apagó el televisor, dejó la taza de café sobre la mesa y agarró las llaves del auto que se encontraban colgadas.
Salimos a fuera de la casa y nos dirigimos hacia el auto, una vez dentro de el empezamos a marchar hacia el colegio.
- Puede que a lo mejor lo que te diga no te agrade demasiado, pero es que realmente yo necesito hacer esto, y es que mi mamá no sabe nada sobre esto y primero quiero saber cual es su postura ante alguna situación como esta y después contarle.
- Esta bien, Maia, si tu quieres que sea así así será, cada uno tiene sus tiempos para contar cosas tan delicadas como este tema.- Me alegraba tanto escuchar eso de la madre de Natalie, y que me comprendiera a la perfección.
Una vez frente al colegio me baje del auto y le agradecí a Ana por haberme traído, esperé unos minutos hasta escuchar el timbre sonar y que todos empezaran a salir amontonados.
Entre tantas personas pude distinguir a Luca, lo seguí hasta que por fin lo agarré. Se dio vuelta para ver quien lo había agarrado y al verme me sonrió.
- Espero que ningún profesor se haya enterado de que me escapé...
- No te preocupes, Mai, nadie se enteró.- Sonrió apenas y se fue, como si nunca hubiera estado. Odiaba esa actitud de el tan engreído, con un ego hasta el cielo, más grande que todo el universo. Pero bueno, lo mejor que podía hacer era ignorar aquello de el.
Escuche una bocina tocando estrenduosamente y sin parar, me giré ante aquel sonido tan molesto, y era mi madre que estaba esperándome, corrí hacia el auto y subí rápidamente.
- ¿Cómo estas querida?¿Cómo te fue hoy?
- Bien, estoy bien, la verdad que hoy no hicimos nada nuevo ni interesante pero estuvo bien.
- ¿Y quien era aquel chico?
- Mi compañero de banco, Luca, es un idiota engreído.
- Ah, bueno, pero parecía otra cosa más que compañero...
- No, mamá, no.- Dije en tono tajante.
- Bueno... Esta bien.
Estuvimos casi todo el camino de vuelta a casa en silencio, hasta unas cuadras antes de llegar, que por fin me animé a preguntarle.
- ¿Qué opinas sobre las parejas gays?- Dije rápidamente y miré hacia la ventanilla, disimulando que aquella pregunta no tenía mucha importancia para mi.
- Bueno, la verdad es que no me molestan...- Había tardado un rato en responder.- Pero creo que no podría tener un hijo gay, creo que sería lo peor que podría pasarme.
Sentí como se formaba un nudo en mi estómago y como toda la relacion futura con Natalie se caía en pedazos.
- ¿Por qué preguntas?
- Por nada, solamente es que hoy hubo un debate sobre esto y quería saber tu opinión.- Mentí.
- ¿Y cual es tu opinión, Mai?- Tragué saliva y la miré a los ojos.
- Exactamente la misma que la tuya...
Cuando estacionó el coche frente a casa rápidamente me baje de el y entré, fui lo más rápido que pude a mi habitación y me encerré ahí a pensar.
A pensar que iba a hacer ahora, porque, obviamente, nuestra relación con Nati no tenía futuro alguno, mi madre definitivamente estaba negada a aceptar un hijo gay... Pero, podría funcionar, si mantenemos nuestra relación con Natalie en secreto hasta que mi mamá pudiera conocerla mejor y agarrar cariño con ella. Además, no estaba todo completamente perdido, ella había dicho que se negaba a tener un hijo gay, y yo soy una hija lesbiana que es completamente distinto, ¿no? Tal vez si podría funcionar, sólo tenía que encontrar la forma y el momento adecuado para que se enterara.
Saqué mi móvil y empecé a buscar testimonios de gente que había salido del closet ante sus padres, si bien en el 80 por ciento de los testimonios los padres no habian podido aceptar la sexualidad de sus hijos había una pequeña posibilidad de que mi madre si lo hiciera, una pequeña posibilidad muy mínima pero esperanzadora.
Sólo tenía que ver la forma y esperar el momento, sólo eso.
Apagué mi móvil y lo coloqué sobre la mesa de luz. Me quedé tirada en mi cama, pensando en una y mil posibilidades de lo que podría pasar aquí a futuro, si es que no había más de mil (Lo cual era así). Tenía demasiado miedo, pero sé que podría afrontar esto con Natalie. Juntas.