CAPÍTULO VEINTIDOS

6.8K 496 18
                                    

La operación fue todo un éxito, el secuestro de Noemi fue a las mil maravillas y la entrega se efectuó sin intercado alguno. Guillermo palpó de nuevo sobre el bolsillo de su chaqueta para sentir el sobre con el dinero que tan merecidamente se había ganado. Sin dudas había hecho una buen trato.

Y lo mejor de todo, era que finalmente conocía la dirección de la guarida de los vampiros, Iván se la había facilitado sin saber que estaba tratando con un "caza-vampiros". Ahora solo tendría que idear un plan, uno donde pudiera destruir dicho lugar, algo así como el uso de explosivos o algo similar. Incluso un incendio provocado sería buena idea.

De momento se iba a concentrar en la manera de poder hacerse con Micaela, aquella vampirita tan sensual y hermosa, que lo tenía obsesionado. El solo pensamiento de esa mujer le produjo a Guillermo una enorme erección de caballo, así que detuvo su furgoneta en el alcen de la carretera y paró el motor.

Bajó la cremallera de su bragueta y sacó su endurecido miembro. Con movimientos suaves y precisos, se la meneó una y otra vez, mientras en su mente se reflejaba una imagen caliente de Micaela. Ella lo observaba con gran interés mientras se masturbaba, poniendo los ojitos entrecerrados por el placer de verlo en ese estado. Sus labios hinchados y sonrojados enviándole un beso en la distancia, mientras sus delicadas manos acariciaban sus tersos y hermosos globos. La idea de ella pellizcándose los pezones por encima de la ropa, le produjo una tremenda necesidad de bombear más fuerte, más rápido, sobre su largo y grueso eje.

Micaela lo incitaba a seguir, a que continuara tocándose de esa manera tan placentera y justo en el momento en el que la mujer se metió el dedo índice en la boca, imitando a una mamada, Guillermo se corrió en la palma de su amplia mano.

Gritó su nombre, que hizo eco en el pequeño habitáculo del vehículo y cuando los repiques del orgasmo remitieron, comprendió que la necesitaba ya.

No podía esperar más.

La tenía que hacer suya lo antes posible.

Y él no tenía mucha paciencia.

Así que volvió a concentrarse en la conducción mientras su mente trabajaba la manera de hacerse con ella.

***

Las cosas no estaban yendo como se esperaba. Fueron a la casa del Gobernador Eric para pedirle ayuda en la búsqueda y localización de Noemi y se encontraron con que Carla también había desaparecido.

Ahora, aparte de tener que lidiar con un asesino de vampiros, en su mayoría mujeres, ahora tenían a otro demente que se dedicaba a secuestrar humanas emparejadas con vampiros.

¿Podía ir las cosas a peor? Cristián no lo creía posible, pero desde que se dieron a conocer y salieron del anonimato, habían cambiado tanto las cosas que ya uno se podía creer cualquier cosa.

Eric estaba realmente alterado, no paraba de gritar dando órdenes a todo el mundo. La mansión donde residía era un caos, todo el mundo corriendo de un lado a otro, agrupando a los mejores gorilas vampiros para comenzar con el rastreo.

El primer lugar donde fueron a mirar fue a la casa de Julia, pero la mujer dijo que no había visto a su prima en todo el día. Ni siquiera habían quedado para la prueba del traje de novia, como Carla le había hecho creer a su marido.

Estaban discutiendo sobre donde seguir buscándola, cuando el teléfono móvil de Daniel comenzó a sonar. El número no le era conocido, pero aún así aceptó la llamada.

Se trataba de John, que preguntaba por Noemi y de paso, les contó todo lo que le había sucedido en esos últimos meses. Todo apuntaba a que el joven vampiro había sido secuestrado por una organización que se hacían llamar "La Resistencia". Dicho grupo disponían de un laboratorio secreto donde habían estado investigando la manera de fabricar una droga que debilitara a los vampiros y así intentar vencerlos para obtener de nuevo la libertad. Y John había sido el conejito de Indias.

Saga La Era De Los Vampiros Libro III: Amante CautivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora