Tras pasar muchos años desde el establecido juramento de venganza de un enemigo, el cumpleaños numero dieciocho de Amelia se convierte en el suceso más importante de su vida; vida que reposa sobre manos ambiguas con el encargo de eliminarla.
— Pensé que ya te habías ocupado de tu parte — Dijo el azul mientras daba un paso dentro de habitación y cerraba la puerta a sus espaldas, su sonrisa había desaparecido, ahora solo mostraba una mueca de desagrado y fastidio, al no recibir respuesta del azabache volvió a preguntar — ¿Por qué no has acabado con tu parte? — Reclamo, alzando lo suficiente su voz como para que esta hiciera eco en la habitación.
— Esto no esta bien, Sonic — Respondió él, usando el mismo tono que el mencionado, quien fruncido el ceño y dejo escapar una carcajada amarga.
— Debes estar bromeando, ¿cierto? — Él negó lentamente con la cabeza y lo encaro, a diferencia del azul él no tenía los ojos de otro color más que el natural; un rubí con muy poco brillo. Sonic apretó los puños a sus costado y tomo de golpe a la eriza rosa del brazo; la cual hasta ahora no se había movido debido a que el azul estaba tapando la única puerta de salida. La arrastro con brusquedad hasta la cama y la tiro ahí. — Terminaras con esto ya. — Ordeno el azul mientras sostenía los brazos de la rosa sobre su cabeza, ella estaba forcejeando.
— No. No lo haré, esta mal.
— ¿Pero que demonios te pico Shadow? ¡Para esto es que vinimos hasta este detestable castillo! — Estaba molesto. ¿Por qué de repente no quería seguir con el plan que les había puesto su padre? Soltó las manos de la eriza y apretó ligeramente su cuello, apretó su mandíbula y sus caninos empezaron a sobresalir de sus labios, el contorno blanco de sus ojos empezó a volverse negro; haciendo que sus pupilas rojas sobre saltaran más.
El azabache solo seguía observando por la ventana, con su mirada perdida a través de ella.
— Si tu no terminas con esto, yo lo haré — Amenazo el azul mientras obligaba a Amelía a levantar su mentón, dejando su garganta expuesta.
— Sabes perfectamente que no va a funcionar, lo único que lograras es matarla, no puedes controlarte. — Respondió el azabache mientras se ponía de frente al azul y a la eriza, esta ahora estaba arañando las manos del erizo mientras que de su boca salían balbuceos debido a que no podía abrir su boca con facilidad. Los ojos del azabache estaban de la misma manera que los de Sonic, aunque con él estos solo hacían que su rostro resaltara más.
El azul soltó un gruñido feroz y se abalanzo contra el azabache, el cual logro esquivarlo a tiempo.
— Eres tan predecible hermanito — Dijo él con un tono de burla al ver como el mencionado se estrellaba contra la pared, derrumbando parte de la misma. Estaban en una torre por lo que la pared que derrumbó fue la parte más expuesta de la habitación, ahora el aire helado se estaba colando en el lugar. Aunque eso no les molestaba a los dos erizo ya que su cuerpo no sentía ese tipo de emociones, pero para la eriza que se encontraba recuperando el aire, ese viento le congelaba hasta los huesos.
— ¡No me llames de esa forma, bastardo! — Exclamo Sonic, mientras apretaba su mandíbula con fuerza al igual que sus puños — Sabes perfectamente que no soy tu hermano, ¡nuestro padre siempre te quiso a ti por ser hijo de una mortal, a mi solo me hizo a un lado! ¡A mi que soy un vampiro tan puro como él, hasta posei el cuerpo de este desagradable mortal para poder acercarme a la eriza! — Dijo señalándose a sí mismo. En realidad no era su cuerpo, había poseído al verdadero Sonic antes de que llegara a la fiesta, todo era parte del plan que había hecho por orden de su padre, pero él quería impresionarlo más que todo, así tal vez lo querría de la misma forma que a Shadow.
Su ceño estaba tan fruncido hasta el punto en el que se hacían pequeñas arrugas sobre su nariz, esta vez se abalanzó nuevamente sobre el azabache consiguiendo tomarlo del cuello y arrojarlo con fuerza contra la puerta de madera, haciendo que el cuerpo de azabache terminara rodando unos metros por el suelo antes de que el mismo se levantara a apoyando sus mano en el suelo. Si bien su sangre no era completamente la de un vampiro al menos tenia su resistencia, sabia perfectamente que no le ganaría a su hermano en una pelea.
Sacudió un poco su ropa y miro a la eriza desde el pasillo, seguía sobre la cama pero ahora sus ojos estaban abiertos cual platos mientras veía como el azul se le acercaba nuevamente, esta vez con la intención de acabar con su vida de una vez por todas. Había dado por muertas todas esas ilusiones que se había hecho con respecto a una vida junto con Amelía.
Por otro lado Shadow no podía quedarse ahí, corrió hasta el azul y lo tomo del los hombros empujándolo hacia atrás y haciendo que cayera por el mismo pasillo en el que él había estado segundos antes. Se levanto de inmediato se dispuso a atacar al azabache nuevamente, golpeándolo con fuerza y mandándolo hasta el centro del gran salón. En donde las personas al ver que Shadow había caído desde la segunda planta se apartaron aterrorizados.
El rey solo abrió sus ojos como platos y se levanto del trono para tener una mejor vista de lo que había ocurrido.
— ¿Pero qué- — No pudo terminar de hablar cuando Sonic cayo de pie; provocando que una cortina tenue de tierra rodeara su cuerpo, había caído a unos pocos metros del erizo azabache que apenas se estaba levantando del agujero que se había hecho al impacto de su cuerpo contra el suelo. Charles miro sorprendido a su sobrino, o lo que se suponía que era. No era él, sus ojos habían cambiado y sus dientes eran más grandes que los de cualquiera.
Grito la orden para que todos salieran del salón y una gran muchedumbre empezó a salir despavorida de ahí, ahora solo quedaban su hermano y su esposa, junto con todos los guardias que tenia sus espadas desenvainadas, esas espadas podían cortar la piel con gran facilidad. James y su esposa solo podían ver la escena conmocionados.
Inmediatamente la imagen de su hija paso por la mente de Charles. Sin importar que, él comenzó a correr hacia las escaleras que se encontraba por detrás del trono, daban al mismo pasillo que la escalera principal; por lo que solo rodeo a los erizos. Comenzó a pensar lo peor cuando vio la puerta de madera derrumbada sobre el suelo, cruzo por el marco de la puerta y vio como su hija estaba en un rincón de la habitación, abrazándose a sí misma y temblando debido a las ventiscas que entraban en el lugar.
— Amy, mirame — Dijo Charles al momento en el que se agacho para estar a su altura, quitándose la gran capa de piel teñida de rojo y cubriéndola a ella. Ella no respondía, solo lo observo con los ojos cristalizados.
Era irónico. Había encerrado a su hija por diez años en una habitación para protegerla y al final todo fue en vano, ahora sentía más peso que nunca sobre sus hombros, le había quitado tanto tiempo de su vida para nada.
Se sentía como un completo imbécil.
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