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Me encontraba mirando a las canchas de fútbol de la universidad. Últimamente lo hacía mucho porque no quería mirar en dirección a Jimin. No porque no quisiera, porque sí que quería observarlo, pero me obligaba a ignorarlo. Esa noche mi mente entró en crisis, sentí esa sensación llenado mi espacio, el aire, mis músculos: pánico.

Ese mismo día le dije que tenía que salir y literalmente lo eché. Se fue medio confundido pero aún así me besó tiernamente antes de partir. Eso no me fue indiferente. El corazón se me hizo añicos.

También lo quería, pero hay una diferencia entre besar y salir con alguien, y está el querer.

Al fin oí la campana que retumbó por todo el recinto, tomé mi bolso y caminé a la puerta con rapidez. Park suele salir tarde de clase, se queda charlando con sus amigos y cosas por el estilo. Yo aprovechaba eso para huir como el idiota cobarde que era.

Pero no contaba con que él me estaba esperando justo en la puerta.

Mierda...

—Yoongi —me habló enojado. Tenía los brazos cruzados en la cintura y me miraba con impaciencia—. Deja de huir.

Cerré los ojos, esperando el sermón.

—No me digas nada. Porque sé que lo haces, evitas la cafetería y ya no ves a los chicos —su mirada bajó y su labio hizo algo curioso—. Ya no tienes que huir, ya me quedó claro.

Declaró con un tono cargado de sentimientos que sinceramente no quería saber qué eran.

Me sentí mal. Sabía que estaba jodidamente mal.


Dos semanas después estaba saliendo de la universidad con la cabeza abajo. Ya no me juntaba con mis amigos y menos con Jimin. Tanto tiempo escondido de él para que no supiera de mis sentimientos y al final, todo terminó en unos pocos besos.

El suspiro fue inevitable al recordar nuestros momentos cortos pero intensos. Sus labios perfectamente encajados con los míos eran la puta gloria.

Salí del campus, caminé rápido por si acaso a Jimin se le ocurriera salir al mismo tiempo que a mí.

Llegué a casa a salvo del niño. Había tenido suerte de no encontrarlo por ningún lado. Es un campus pequeño, me consideraba afortunado.

Últimamente no salía mucho, me quedaba en casa por muchas razones. Estos días los profes cerraban semestres y los exámenes eran una tortura. Por esto mismo me dije a mí mismo que debía salir a relajarme. Mañana ni pasado debía rendir algún examen y eso me dejaba más tranquilo.

A la tarde, cuando el viento refrescó el asfalto caliente fue que decidí salir. Me puse una chaqueta para el frío y por fin tomé aire fresco. Caminé sin rumbos alguno.

Sin darme cuenta terminé en el parque que íbamos siempre. Mis recuerdos fueron lamentables. Fui a sentarme en el césped alejado del lugar donde estuvimos ese día, pero fue inevitable. Miré al mismo exacto lugar en que nos besamos.


Era el mismo, mismo color verde en el césped, mismos árboles, pero distintas personas besándose.

Sentí unas náuseas horribles y mi corazón se rompió por sobre las grietas viejas.

Ni siquiera me di cuenta cuando me levanté y caminé devuelta a casa, hecho un huracán.

KEEP ME FEAR ✿ YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora