26

53.5K 6.1K 2.8K
                                    

Después de una tarde agotadora con Namjoon llegué a casa a literalmente caer en la entrada.
Resulta que mi amigo quería que le ayudará a ir de compras. Había conseguido trabajo y por fin tenía dinero.

¿En qué gastó tanto? Fácil. Cosas para Jin.

Pasamos toda una tarde en el centro comercial para consentir al chismoso. Él me había estado hablando que Jin había gastando mucho dinero para hacerle una cena muy deliciosa y mi amigo creyó que le gustaría mucha ropa a cambio. Estoy seguro a Jin le gustarán. Amará saber que Namjoon tuvo el gesto de regalarle algo por esa cena.

Después fuimos a comer algo. Entonces, mi gran amigo quiso hablar y dárselas de chismoso.

—¿Qué tal están tú y Jimin? —me habló despacio como si Jimin estuviera cerca y fuese un secreto.

Me encogí de hombros.

—Vamos bien. Pasamos buenos momentos juntos —sonreí levemente.

La verdad era muy distinta. Si bien se acercaba un poco, no podía comparar las sensaciones de éxtasis que sentía a su lado. Las descargas eléctricas que me dan por todo el cuerpo cuando me toca, cuando mi corazón se detiene al quedarse mirando mi rostro mucho tiempo y un sinfín de cosas, que definitivamente no son sólo un buen rato.

Siento que me estoy enamorando.

Al final de la comida volvimos a dar algunas vueltas al lugar pero Namjoon creyó que era suficiente consentimiento para su chico. Me fue a dejar a casa. Me despedí con un abrazo de hermanos, también le di unas palmadas en su espalda y le sonreí.

—Suerte, campeón —me murmuró riendo cuando nos separábamos. Había una indirecta muy tácita ahí. La sonrisa que hizo al final me ayudó a saber que había algo escondido.

Además, ¿suerte en qué?

Esperé a que su auto arrancara. Mientras lo hizo me quedé analizando lo último que dijo. Agité mi mano en modo despedida cuando tocó la bocina avisando su huida.

Hice una mueca de molestia aún sin entender porqué estaba tan... raro.

Entré al departamento en silencio. Las luces estaban apagadas y eso quería decir que Jimin estaba dormido. Era de esos que había que dormir las horas necesarias para un buen día.
Muchas veces se dormía temprano y yo me quedaba sin una buena parte de sus besos.

Dejé las llaves y el celular sobre la mesa de la cocina. No me di el tiempo de apreciar bien el lugar hasta que Jimin apareció a pies descalzos caminando por el largo pasillo. Se veía glorioso.
Traía sólo un bóxer blanco, que dejaba mucho a la imaginación. Cosa que no era nada buena para mí y mi reciente erección. Yo era muy creativo a la hora de imaginar y es ahí cuando vienen imágenes sucias de él y yo.

—Hyung —murmuró bajito aún desde esa oscuridad majestuosa—. Preparé algo.

Me cedió su mano, llamándome para cogerla. Entonces al hacerlo me llevó a nuestra habitación a pasitos lentos, los mismos que usó para verse tan magnífico al llegar a la sala.

Mis ojos se agrandaron al ver de lo que hablaba. La cama estaba decorada con rosas rosadas dándole un toque suave a la cama. Habían dos bandejas sobre la cama y una botella de vino sobre una de ellas. Dos copas y dos pocillos con postre.

Era todo un banquete.

—Sé que prefieres comer en la cama, así que, salió esto —decía con vergüenza.

Me giré a mirarlo encantado y no sólo con su belleza resplandeciente. 

—Cámbiate —seguía murmurando con vergüenza.

KEEP ME FEAR ✿ YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora