Hasta vuestros nombres suenan bonitos juntos.

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Estudié aquella carta

de una tal Rebecca.

Mis ojos llovieron

leyendo esas letras; y

no caían lágrimas

de tristeza, sinó de

celosía y derrota.

Se veía entre aquellas

palabras que, sin rozar

pieles, lográbais de una

forma mágica y potente,

conectar el triple de

lo que un día llegamos

a conectar nosotros.

Miradas Vidriosas. [#TuttiFruttiAwards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora