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Al cabo de un par de meses todo empezó a tornarse mal entre nosotros dos, ¿por qué? Porque me negaba a tener relaciones sexuales con él, qué estupidez. Me ponía furiosa que solo quisiera eso conmigo y que por eso se enojara.
Y volví a la realidad en la que vivía, me refiero a mi familia.
Todo se ponía peor en mi familia: Lily estaba embarazada. Me pidió ayuda a mí, ¿pueden creerlo? Mi hermana, que siempre había sido tan odiosa conmigo, solo me contó a mí.
_Necesito que me ayudes con esto, -dijo Lily- no sé qué hacer.
_ Lo único que debes y puedes hacer es: Uno, hablar con el papá de ese bebé, y dos, hablar con nuestros padres. No... -empecé a decir, pero me interrumpió-
_¿¡Estás loca!? Cómo se te ocurre que voy a hablar con mis padres.
_ ¿Qué pasa? Eres la preferida, seguramente no pasará nada y por el contrario, te ayudarán con tu bebé y te darán todo...
_ Ahg, tú como siempre resentida. No... -Susurró ella- Voy... No lo voy a tener.
_¿¡Qué!? ¡No! -Grité yo- No puedes... Es que... Es un bebé... A demás, estás arriesgando tu vida . Por favor no lo hagas.
- Habla más bajo. -Susurró de nuevo- Pero, ¿sabes qué? Sí, hablaré con ellos. -Dijo ella y salió a trompicones por la puerta-
En parte, me alegró que hubiera decidido contarles y no cometer una locura. Pero luego hubo otra discusión entre todos: Lily les dijo que abortaría, pero por supuesto, mis padres no se lo permitieron, bueno, papá no se lo permitió.

Un Huésped MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora