Mientras voy para mi casa, podía ver cómo la gente iba por ahí caminando tan feliz de la vida y un muchacho de unos Veinticinco años más o menos se me acerca.
???: Eres Samantha ¿cierto?
– Si esa soy yo – hago una breve pausa y después le pregunto – ¿lo conozco?
???: Si, nos conocimos hace mucho tiempo, pero me imagino que usted no me recuerda, en todo caso me presento soy Adam.
Estrechamos nuestras manos.
– No recuerdo haber escuchado ese nombre.
Adam: Como le dije nos conocimos hace mucho, pero usted no me recuerda o bueno quizá su mente no quiere hacerlo – de repente se dibuja una hermosa sonrisa en su rostro.
– Bueno, Adam entonces... – El me interrumpe.
Adam: Necesito que le digas algo a Mike.
– ¿a Mike Smith?
Adam: Si el mismo, ¿si me harás ese pequeño favor?
De repente me empieza a doler la cabeza y es inevitable no sobármela.
– Si claro y que le tengo que decir.
Adam: ¿Te pasa algo?
– No, no, nada importante.
Adam: Dile que a pesar de las circunstancias no se rinda, que yo siempre estaré ahí apoyándolo.
– ¿Solo eso?
Adam: Le tengo que decir muchas cosas, pero... en otro momento será, ahora me tengo que ir muchas gracias.
El muchacho iba a seguir su camino, pero lo detengo.
– ¡Espere! – Le tomo su brazo, que se encuentra muy, pero muy helado, tanto que es imposible aguantarlo a tal punto que me hizo soltarlo de inmediato – ¿de parte de quién?
Adam: De su hermano – Me giña el ojo y se va finalmente con su gran sonrisa.
Un escalofrío pasa por mi cuerpo ¿acabo de hablar con su hermano? Y ya no conocíamos, entonces ¿antes conocí a Mike?
Sacudo mi cabeza que por cierto duele mucho y sigo mi camino, ah y también sigo haciéndome preguntas que hacen que me pierda en mis pensamientos.
Al llegar a mi casa, subo a mi habitación tiro mi bolso a alguna parte de ella y me acuesto en la cama.
Sin querer me duermo y al despertarme me empiezo a culpar porque según yo dormir es una perdedera de tiempo y si, perdí unas tres horas en las que debería estar haciendo el "trabajo en parejas" que para mi caso no lo es, porque mi pareja me dejo tirada, pero... igualmente me va tocar hacerlo.
Al terminar el trabajo, me acuerdo de lo que paso hoy, Mike, ah, ya no me importa, pero igual me siento traicionada por ellas me siento triste y sí, yo siempre fui consiente de cómo eran, de lo que piensan de mí y de lo que pueden llegar a hacer, a pesar de todo eso no me aleje siempre estuve ahí, antes era muy fácil conseguir amigas, mi personalidad me ayudaba al igual que mi fama en ese tiempo pero ahora conseguir a alguien en el que puedas confiar, es muy complicado y más conseguir una amiga como Eileen con tantas ventajas bueno al igual que desventajas como escuchar su vocecita chillona todo el día quejándose de cualquier cosa y estar siempre en la boca de todos gracias a Andrew que es supuestamente su novio, entre otras.
Un poco tensa, pero esta vez sin dolor de cabeza, cojo mi pequeña cuchilla, mi mejor amiga se podría decir porque ella es la que me ayuda a relajarme y pues escucha todo, pero se queda callada, bueno ya tengo que dejar de pensar en eso, en todo caso cojo la hermosa cuchilla y me corto.
Ser masoquista es algo de locos, dice la gente, pero en mi opinión es algo genial, aunque hay que tener un límite, se podría decir que eso me falta a mí.
– Perdón, pero en estas circunstancias es lo mejor – murmuro entre una pequeña sonrisa, porque, aunque no sea creíble después de haber pasado por tanto el dolor se vuelve algo normal y agradable, esto también tiene que ver con el tipo de dolor, claro.
Paso un pañuelo por las heridas, la sangre no para de salir y el pañuelo que antes era blanco, poco a poco se va volviendo de color rojo carmesí intenso.
– La sangre es hermosa – digo entre murmuros.
(...)
Entro a el salón mencionando una y otra vez lo que tengo que decir delante de todos, es una exposición o algo así.
Llega el profesor con una cara de alegría, él sabe que posiblemente a todos nos ira mal.
Ya el salón estaba lleno, nadie se me acerco a decirme nada, ni se burló ni nada por el estilo y en ese aspecto estoy muy agradecida porque tengo mucha presión, no es fácil estar ahí adelante de todos hablando mientras se ríen, odie ese día lo juro.Profesor: Samantha Wesley – Lo observo confundida, se supone que soy la última en la lista, pero hoy le dio por comenzar con los últimos.
Me levanto de mi asiento, voy a el frente y casi temblando comienzo la exposición, lo peor de todo era que Mike estaba ahí de primeras mirándome y escuchando cada una de mis palabras, si, se pasó de puesto, pero al peor lugar.
Burlas no faltaron, no me dijeron nada antes porque las estaban guardando para ese momento. Al final el profesor me puso considerablemente una buena nota, y así fueron pasando uno a uno todos, torturados por las miradas hasta que se acabó la clase.
Sigue Trigonometría, lo sé, pero necesito algo que nadie me dará, así que me fui para mi casillero a paso lento y sin importancia alguna de la clase, cuando ya estaba lista para hacer lo que más me gusta en el mundo pude captar que alguien se acercaba, inmediatamente guarde la cuchilla y baje la manga de mi buzo
Christine: Sam, porque no nos esperaste ¿acaso te molesto el favor que te hicimos?
¡Ja! un favor, me ridiculizaron ante todos, eso no es hacer favor.
Eileen: ¿Oye que escondes allí?
No espere ni un segundo más, cerré mi casillero y me fui para otro lado sin darle alguna importancia.
Eileen: Sam... espera ¡Sam!
Sin mirar atrás seguí hasta llegar a ese mismo lugar en donde aquel día Eileen estaba llorando, me senté en las escaleras y sin importancia alguna empiezo a cortarme.
– Ojalá que no se haya dado cuenta Andrew – murmuro
Las heridas de ayer no sanaron, porque no deje que lo hicieran, hoy las volví a abrir, me gustan así porque cuando quiera dolor simplemente toco bien fuerte mis muñecas y ya está.
Después de un rato voy a el salón y no entre, solo miraba la puerta confusa, no quería estar allí, pero debía, hasta que sentí que alguien me empujo, casi caigo hasta que esa misma persona me sujetó, me volteo y sorprendo cuando me doy cuenta de esos ojos verdes que me ven.
– ¿Ah? p-pero ¿qué? – Hablo sorprendida.
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• Mirada Rota • [Reescribiendo]
Novela Juvenil¿Samantha Wesley? Una chica fría, difícil de tratar. Está rota, lo puedes ver en sus ojos. ¿Quién pensaría que antes era una niña tan sonriente e inocente? El karma hace lo suyo tarde o temprano todo lo malo que haces se paga y de la peor manera ¿Me...