Semanas después.
Hoy me habían invitado a una fiesta, así que mis amigas y yo estábamos en el centro comercial buscando "los vestidos perfectos" como le decían ellas, íbamos caminado y me quede mirando un vestido hermoso que estaba en uno de los mostradores de las tantas tiendas del centro, sentí como alguien chocaba contra mí y se le caía el celular al piso.
Ese alguien se agacho a recogerlo y su voz resonó en mis oídos.
-No deberías quedarte como idiota parada en medio de todo el centro comercial.
-Si no estuvieran viendo el celular no te habrías chocado conmigo.
-yo...- se quedó callado y me pareció extraño así que voltee a mirarlo.
OH DIOS no otra vez, esto es un Déjà vu
El sonrió mirándome.
-Chica distraída, ¿Qué tal te fue con la mancha?
-Bien- dije conteniendo una sonrisa.
-¿Qué haces aquí? ¿Estás sola?- su ceño se frunció.
-Mmm... no- dije buscando a mis amigas, las cuales cuando las vi me levantaron el pulgar en una seña de aprobación, me sonroje.
-Valla al parecer me dieron su aprobación ¿eh?- le voltee a mirar y esta con una estúpida sonrisa en su cara mientras subía y bajaba sus cejas, era gracioso.
-Ellas aprueban a todo aquel que este lindo- me encogí de hombros restándole importancia.
-Así que crees que soy lindo- de todo lo que le dije solo escucho esa parte ¡Idiota!
-Es un hecho que eres apuesto- afirme con ganas de irme- Ellas me están esperando, si no te importa- hice un amago de irme.
-Claro pero ¿Cómo te llamas?
-Eso es un secreto- le guiñe el ojo y me fui hacia mis amigas que me esperaban mirándome con una sonrisa pícara.
