Estaba tratando de bailar entre toda esta gente pero se hacía casi imposible, ya que estábamos muy apretados además de varios empujones y pisotones por la gente de alrededor, movía mis caderas al compás de la música y ya varios chicos habían bailado conmigo pero siempre desaparecían después de que Rubén les echaba una mirada asesina.
Siento como unas manos se posan en mi cadera sobresaltándome y una colonia de hombre se hacía presente detrás de mí.
-No sabía que bailaras tan bien chica distraída- me gire en cuanto reconocí su voz, además quien más me llamaría así.
-Pues esta chica distraída se ira a tomar una copas ¿me acompañas?- le dije ya sin moverme.
-Claro- sonrió de medio lado y me siguió hasta la barra.
-Hola muñeca- me guiño el ojo el barman- ¿Qué deseas tomar?
-Vodka- respondí sin prestarle atención.
-Claro muñeca.
-Para mí también- dijo molesto mi acompañante.
El barman solo se volteo y empezó a servir las dos copas, no las entrego sin antes guiñarme de nuevo un ojo, le sonreí y se volteo a atender a otras personas.
-Entonces, bailas muy bien además te ves muy hermosa con ese vestido- dijo dándole un trago a su bebida.
-Gracias.
-De nada Elizabeth- sonrió triunfante y yo abrí la boca con sorpresa.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Tus amigas son de gran ayuda ¿sabes?
-Traicioneras- susurre para mí misma- Ahora que sabes mi nombre dime el tuyo.
-Adivina- me guiño el ojo.
-Copietas- lo acuse señalándole y el solo se rio.
-Bueno- dijo rindiéndose- Soy Cam.
-Así y ya- dije y el asintió.
Paso la noche y no fuimos interrumpidos por nadie, hablamos y bailamos, después se ofreció a llevarme a casa sin antes prometerle que saldría con él un día de estos.