-Ese es el elegido se te ve hermoso- dijo Elena con una sonrisa.
-Estoy con ella y eso es decir mucho- dijo Lucia.
Sonreí mirando mi reflejo en el espejo, me veía bien y me sentía bien cosa rara en mí.
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Me quite el vestido y lo pase para comprarlo, en cuanto y todas estábamos con los vestidos nos fuimos a la casa de Elena para prepararnos.
Ya listas y maquilladas salimos de la habitación hacia la cocina donde nos esperaba su hermano para llevarnos, ya que al parecer él también iba ¡yupi! Se arruinaron los planes de tomar hasta vomitar.
-Wow chicas, están hermosas- grito-chillo con un tono agudo, típico después de todo era gay.
-Tú también estas divino- le dije con una sonrisa.
-Ni creas que con eso me harás cambiar de opinión, no te dejare beber ni una copa- me señalo con el dedo acusador, yo rodé los ojos rendida y me encogí de hombros.
-Había que intentarlo.
-¡Vámonos! La fiesta nos espera- dijo una entusiasmada Lucia.
-En marcha- dijo Rubén con las llaves del coche en sus manos- Y recuerden, nada de chicos- dijo y después frunció el ceño- solo para mí- ahí si sonrió y camino hacia la entrada y como siempre empezamos a quejarnos.
En fiestas anteriores siempre que se nos acercaba un chico él nos rodeaba de la cadera y se hacía pasar por un novio celo-pata pero después de encontrar pareja nos dejaba botadas y nosotras podíamos bailar tranquilas.
Llegamos a la fiesta y nos encaminamos a la casa ya con adolecentes encendidos y borrachos.
