Estábamos en el parque ya había pasado una semana desde ese día, lo estaba haciendo bien o eso creía ya que no me sentía tan mal.
-Y ¿Cuándo me la presentaras?
Estábamos tomando algo sentados en una silla del parque, tranquilos pero cuando le pregunte se atoro con su jugo y empezó a toser como poeso, pobre.
-No creo...- dijo un poco incómodo.
-Claro- dije con rabia- Aparte de que te ayudo a conquistarla no tengo derecho a conocerla, mira gracias por tu confianza- me levante de la silla y ya iba a salir de allí, pero él me jalo de la mano haciendo que yo quedara sentada en su regazo.
-Ya la conoces mejor que nadie- dijo en un susurro, pero podía escucharlo ya que estábamos demasiado cerca.
-¿Qué?- estaba confundida y si era una amiga mía, me aleje un poco pero él me cogió de la cadera impidiéndomelo, parecía como si mi corazón se quisiera salir de mi pecho- ¿es Elena?- pregunte un poco segura ya que con la única de mis amigas que podía compartir ese gusto a la lectura era ella.
Sonrió de lado y negó con la cabeza, su otra mano fue a mi nuca atrayéndome más hacia su cara.
-Es alguien hermosa, le gustan los libros y a veces me canso de escucharle solo hablar de los personajes hombres y de lo perfectos que son, no solo me canso sino que también me molesta ya que no soy como ellos, no como ella quisiera además de tener tan altas expectativas que me da miedo decepcionarla- dijo mirando mis labios para luego posar sus ojos azules en los míos- Esa chica sabe ganarse a las personas y sinceramente es la mejor persona que he conocido, Dios sabrá cuanto me gusta esa chica además es graciosa y a veces o más bien muy seguido se pierde en su mundo, ya sabes es una chica distraída- sonrió, ya estaba demasiado cerca de mi cara me sentía un poco incomoda además de que estuviera hablando de esa chica como si yo no sintiera dolor al escucharle, al parecer le gustaba mucho y que me lo dijera así me dolía.
-Valla debes estar loco por ella- dije conteniendo las lágrimas- Se parece mucho a mí, en la parte de los libros y lo distraída claro- susurre bromeando para que no notara de lo dolida que estaba y el echo su cabeza hacia atrás riéndose como si no hubiera un mañana y eso me molesto.
-No se parece a ti boba- dijo aun riéndose- Eres tú, ya vez que distraída eres.
Me quede en silencio, mi respiración y mi corazón empezaron a acelerarse en especial el corazón, este se quería salir de mi pecho.
-¿uh?- no pude decir nada ya que sus labios se unieron con los míos con ternura y delicadeza, parecía un sueño, se separó de mi con una sonrisa.
Yo aprovechando la lejanía me pellizque el brazo y auch dolió pero ahora sabía que no era un sueño.
-¿Por qué hiciste eso?- dijo mirando mi brazo.
-Para comprobar si no era un sueño- me encogí de hombros.
-Así que sueñas conmigo ¿eh?- dijo pícaro.
-Calla y bésame- dije para luego estampar mis labios contra los suyos.