SIETE

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Chanel Paris. Seguía rondando el nombre en su cabeza, sin embargo tres días después aun no había logrado abrirlo. Habían muchos factores la cual la tenían distraída comenzando por Pietro el cual se encontraba descansando algo herido en su habitación. Rita no quiso dejarlo solo por lo cual llegaba seguido a visitarlo.

Otro factor se debía a Harry. Sabía que Harry era extraño y lo mejor era alejarse de él pero no podía evitar pensar que sería difícil considerando la pequeña y poco atemorizante amenaza de Harry. No volvió a recibir llamadas de él y ella tampoco había vuelto a la cafetería, debía buscar otro lugar que le hiciera un café tan bueno como el de Harry.

Estaba sentada en el sofá de Pietro. Su habitación del hotel era algo pequeña y vintage, parecía por mucho más un motel. Tenía un papel tapiz oscuro, el cual le hacía pensar que se encontraba en una película de miedo, la alfombra algo sucia le daba la impresión de que al levantarlo podría encontrar algún cadáver. Era aterrador. Sin embargo Pietro intentaba darle un aire hogareño e italiano con sus velas aromáticas y sus fotografías familiares.

Escuchó un grito proveniente del cuarto de la habitación. Rita no se alarmó ya que le había dicho al italiano que si necesitaba comida, gritara. Así que camino a la refrigeradora que tenía Pietro ahí y saco una bandeja de sushi que había quedado de la tarde. Se sentó en la cama y le dió de comer trozo por trozo en la boca.


Llego a su apartamento rápidamente, eran las once de la noche y tuvo que correr para poder alcanzar un taxi que no la había notado correr tras él. Cerró la puerta tras su espalda y sin voltear fue rápidamente a su habitación despojándose del incomodo sostén y cambiándolo por una camisa holgada al igual que unos pantalones de chándal y unas pantuflas rosas. Escuchó su puerta tocar por lo cual se apresuro a abrir la puerta. No había nadie, de lo contrario había una linda flor amarilla en el piso. Se le hizo extraño, pero por supuesto la tomó buscando por todo el perímetro aquella persona que pudo dejarlo ahí, no obstante no había nadie.

Al cerrar la puerta y darse la vuelta vio un pétalo amarillo en el suelo, era extraño ya que no estaba ahí cuando fue a abrir la puerta y tampoco era de la flor que encontró en el pasillo. La tomó y la guardo en su mano notando otro pétalo posterior a ese. Levanto la vista y vio que aquellos formaban un camino hacia alguna dirección dentro del pasillo.

Había alguien dentro de su apartamento.

No tenía muchas opciones, ya que no tenía tantos amigos de confianza que pudieran realizar este, y un asesino o secuestrador no se tomaría tanta molestia. Te mataría y fin del caso. ¿Un pretendiente? Solo había uno y tenia la certeza de que se trataba de él. Sabía que tal intruso no le haría daño, al menos no de esa manera tan obvia después de lo que había sucedido con Pietro. Se encamino por el breve pasillo con su celular en la mano, previamente con el numero del 911 por si debía llamarlos para que escuchar alguna escena. Al abrir la perilla de su habitación con cierta angustia se imagino lo peor menos lo que tenía frente a sus ojos.

—Lo siento...

Fueron las palabras de Harry una vez Rita entró a la habitación con tenues luces amarillas debido al fuego que iluminaba los vasos amarillos en los que se posaban las velas. Había muchas flores amarillas al rededor del suelo, en la cama y en un gran ramo de Margaritas las cuales Harry tenía en la mano.

—¿Qué haces aquí?

—No seas así por favor Rita. Créeme, lo que hice no lo pensé, si herí a tu amigo no lo hice porque lo odio o porque quisiera hacerte daño, eso es lo que menos querría. —Dijo poniéndose de pie mientras dejaba las flores en la cama. Rita retrocedió un par de pasos estando mas cerca de la puerta. —No me temas, me duele que lo hagas. Tu más que nadie sabes que jamás te haría daño.

Obsessive Maniac //HS//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora