13

12 1 0
                                    


- Cómo <<tu misión>>? - pregunté dudosa.

Todos los pares de ojos se centraron en Maxel y yo. El cual no se movía. Qué se pensaba, que iba a ignorar mi pregunta sin más?

Pasaban segundos. Tic tac. Ninguna respuesta. Me estaba cansando de estar furiosa y no obtener respuesta.
Esto era inaudito, literalmente.

-Verás Phoebe...

-No Shirwill, no es a ti hacia quién he dirigido la pregunta - dije decepcionada mirando a Maxel. Este no me devolvía la mirada. Estaba con los ojos clavados en ninguna parte, frente a su jefe del consejo supremo solar.

Me cansé de esperar, no valía la pena.
Me estaba dirigiendo al portal, casi notaba las luces relucientes marcadas en mi rostro. Lucas, Iris, Sarah y Belinda iban detrás de mí. Escuchaba sus pasos al andar en ese silencio desesperante.
Al igual que yo, estaban callados y perplejos ante el vuelco inesperado de los acontecimientos. Su nuevo amigo Máximo Amor solo era una especie de guardaespaldas solárium del reino Atasifán y les había engañado, al igual que a su mejor amiga Phoebe, la cual según un señor mayor de piel anaranjada, era una reina, no una princesa, si no una REINA de un mundo mágico.

Podía ser más absurdo todo?

Me extrañaba que ninguno de ellos se hubiera reído hasta el momento.
La situación era de locos.

-Espera Phoebe - me agarró la muñeca.

-Solo has sido una mentira - dije agria sin volverme a él. El portal seguía allí en frente - Y pensar que mentí a mi mamá por ayudarte.

-No te vayas, te necesitamos aquí.
Eres nuestra única esperanza - me decía triste.

-Pues dame una explicación de todo esto - dije apartando su mano - Todo eso de los códigos éticos de Atasifán, tu accidente, gustos, familia, nextas. Todo lo que he vivido contigo, fue una mentira?

-No soy yo quien debe hablarte de esto - dijo con una voz triste que no me creí.

-Cobarde. Solo te limitaste a hacerme creer tus mentiras, aún sabiendo la situación por la cual pasaba - dije enfadada y demolida por dentro. Luchaba por contener las lágrimas.

La magia da asco.

-Phoebe, habla tu rencor hacia Maxel - dijo Shirwill compasivo - Pero volver te pone más en peligro. Y a tus amigos también. Margaret desearía que estuvieras a salvo. Aquí, en Atasifán.

-Estupendo, por seguir las órdenes de Maxel no sólo estoy en peligro yo, si no también mis amigos. Gracias Belthiam. Has cumplido tu misión - dije aún más enfadada - No Shirwill, si mi mamá des de un principio no quiso que gobernara este mundo, es porque al igual que antes, no debía ser seguro para mí.

-Eh, Ibi, igual este tío no te ha sido sincero. Pero debe de haber sido por algún buen motivo y los habitantes de este sitio te necesitan - me dijo Iris mientras posaba sus palmas sobre mis hombros. Me calmó un poco.

-Pero no es justo! No. He convivido con él medio mes y todo fue un engaño - dije con la voz rota y los ojos cerrados.

-De acuerdo. Realmente no ha sido tu amigo, pero estoy seguro de que lo ha hecho por una buena causa - dijo Lucas a mi izquierda.

-Para protegerte, de lo que sea que te estuviera protegiendo - dijo Sarah poco convencida más al fondo.

<<De los cara rata>> pensé.
Pero yo sabía cuidar de mí sola. Por ese motivo me apuntó mamá a kárate? Para prepararme contra los soldados mafiosos?

-Además, solo es un chico cumpliendo órdenes. No hay más que ver el trato que da a Shirwoll, debe de ser un soldado o algo por el estilo. En eso no decide él - dijo Belinda a mi derecha casi susurrando - Solo obedece.

Ahora estaba aún más confundida. Mis amigos me habían hecho reflexionar. Pero Maxel seguía sin decirme nada, prefería dejar que los demás declararan su defensa a dar la cara.

Cobarde Maxel, eres un cobarde.

-Exacto. Lo que ha dicho la pelirroja. Solo obedece órdenes. Mis órdenes - dijo tenaz y puede que furioso el jefe - Ahora debemos darnos prisa, una fase de paz armada está activa y no queda mucho para que sea una guerra.

Igual mi crueldad había recaído sobre el solarium, si es que lo era, pero merecía una explicación más detallada y quería que me lo explicara Maxel el guardaespaldas.
Él había sido el responsable de llevarme una bronca de mamá por la noche, de que entrara en coma por conocerle y de haber casi perdido a mis amigos. Y ahora ellos estaban implicados en este asunto. Para colmo, no había sido quien decía ser.

-Abandono. Fin del juego - dije aminorando mi ira. Y mirando a Max.
Cielos, seguía sin responderme.

-Te lo explicaré más adelante Ibi. Cuando vea que puedas hablar con calma. No es el momento. - dijo Maxel de Belthiam incómodo.

-No me llames Ibi. Exijo una explicación ahora - dije seria e inamovible.

-Max, es la reina, obedece sus órdenes - dijo Shirwill.

Era verdad, técnicamente ahora ya tenían a la reina en su mundo. Debían obedecerme.
De acuerdo, no quieres hablar por tu cuenta, pues te obligaré.

Maxel parecía incómodo, igual era porque había muchos espectadores humanos. Bueno, pues que deje la vergüenza. Debía responder a mis interrogantes.

-Ahora Maxel de Belthiam - repetí perdiendo la paciencia.

Me miró, se acercó a mi.

-Chicos, Shirwill, podríais dejarnos solos un momento? - pregunté neutra mirando al suelo. Que convers más demarcadas.

-Claro.

-Sí, okay.

Maxel me miraba con miedo, temiendo estar sólo conmigo.

-No te entretengas mucho, tenemos prisa. Hay muchas cosas que hacer - dijo Shirwill.

Atasifán: El Reino PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora