𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟼 "𝙱𝚊𝚛𝚋𝚊𝚛𝚒𝚎"

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Christa

-Ya no deberías insistir en esto, ya viste lo que sucedió. No me funcionará la misma táctica otra vez-

-Al menos ayudame con mis heridas... - El rubio de ojos color jade agachó la mirada y yo suspiré pesadamente, cerrando mis párpados con resignación y luego me dirigí a buscar su botiquín e intentar ayudarlo.

No sabía la gran cosa de medicina pero algunas cosas había aprendido de él, pues siempre velaba por mí bienestar después de un arduo día de trabajo para el imbécil de Slenderman.

Unos 20 minutos atendiéndolo bastaron e iba a levantarme de la cama pero sentí sus grandes brazos rodearme con un abrazo por detrás.

-Ya basta... Por favor...- Manifesté una respuesta negativa ante su acción y él recargó su boca en mi hombro derecho, lo que me causó una sensación extraña que recorrió todo mi cuerpo.

-Estoy cansado de que huyas de mí. Deberías huir de todo esto, no de mí-Susurró.

-Trato de huir de aquello que me causará más problemas de los que ya tengo-Contesté y el lanzó una pequeña risa que me hizo sonrojar de manera involuntaria.
Aquellos labios tan lindos me tocaron con delicadeza en mi pálido cuello y sus manos tocaron con suavidad mi cintura.

-No creo poder controlarme más, Christa...-Susurró cerca de mi oreja y me lanzó bajo él acostándome en la cama.
Lo observé arriba de mí, con una mirada de necesidad, como un depredador que por fin se comería a su presa.

-Hoodie... Detente...-Ladeé mi cara evitando verle, tragaba saliva con fuerza pues aún me daba bastante miedo entregarme a él conociendo los riesgos que implicaba.

-Necesito que vuelvas a llamarme por mi nombre...-Lo sentí colocarse entre mis piernas, ya sentía algo duro tocar mi entrepierna por sobre mis shorts de licra, los cuales no ayudaban en lo absoluto para evitar sentirle así de cerca.

-B...Brian...Basta... -Digo en voz baja mordiendo mi mano, evitando jadear porque él ya se estaba moviendo entre mi cuerpo.

-Dilo con más fuerza y tal vez lo reconsidere...-Movió su cuerpo intencionalmente una vez más y sentía que la sangre se iba a mi cabeza por completo, apreté las sábanas y mis piernas temblaron.

-B...Br... -Me interrumpió besándome y apretando mis muñecas con sus varoniles manos cubiertas por aquellos guantes negros de piel que solía usar siempre.

Sus labios me volvían loca, ¿cómo lograba corresponder de una manera adecuada si ni siquiera besaba mi espejo?

-Abre la boca-Me ordenó y negué con la cabeza, respuesta que no aceptó-Te lo repetiré una vez más... Abre la boca-Toda la situación puso a mi cuerpo tembloroso y volví a negar con la cabeza. Tomó mis mejillas con una de sus manos y las apretó con fuerza, obligándome a abrir la boca.

Cerré mis ojos y su lengua entró en mi cavidad bucal sin previo aviso, tímidamente abrí mi boca y él dejó de apretar mis cachetes riendo por su victoria.
Sabía usar su lengua, tanto que me hacía jadear dentro de su boca y cuando se separaba me dejaba ahí con mi lengua ansiosa por más.
Sus traviesas manos bajaron a mis caderas y me acercaron más a él, yo por mi parte enredé mis manos en su nuca tratando de no alejarme de él.

Ya había condenado mi alma al infierno, al menos lo disfrutaría antes de llegar ahí y pagar por todo.
Brian se alejó un poco de mí y se quitó la sudadera color mostaza que llevaba puesta, aventándole lejos y me atrajo a él para que me sentara encima de sus piernas.

Podía sentir el tacto de sus manos con los guantes, acariciaba mi espalda debajo de mi blusa de tirantes gris y buscó mi sostén solo que para su mala suerte yo siempre llevaba uno deportivo.

La suerte del lunático [Hoodie proxy love]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora