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PERO un día en el centro comercial... Gerard había comprado leche, manzanas, pescado, un pan (+un chocolate secreto) y... Casi no había pensado de Bert ¡CASI NO!

Y de repente Bert apareció frente a él con unos amigos; las piernas anchas, riéndose, guapo y con los ojos verdes y profundos, como siempre,

Gerard se sentía tan espantado, sorprendido y contento, feliz e infeliz que soltó su bolsa. Los muchachos se reían y Bert se reía más que todos. Gerard sólo escuchaba la risa de Bert, no conocía a los otros. Luego dijo uno ¡Miren! ¡Miren a ese torpe! Luego dijo otro: ¡Hoy está de oferta el cabello rojo! Y luego dice un tercero: Nunca antes había visto a nadie con quemaduras de sol TAN disparejas. Luego dijo un cuarto: Miren sus nalgas, parecen tablas. Luego dijo Bert lo más terrible, lo más desesperante, lo más desgraciado que un Bert podría decir: Sí, me ha perseguido todo el verano. Como si me importara alguien tan feo.

Gerard oyó cada palabra, aunque le zumbaban los oídos, Gerard se empapó de sudor y se puso frío, rojo y blanco, todo a la vez. Lo habían descubierto. Bert lo supo todo el tiempo. Él había aparentado no saber nada... ¿Qué era lo que realmente estaba diciendo?

Frank y Gerard (y Bert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora