Gerard quería -y no quería- dejar de pensar en Bert. Pensaba en él todo el tiempo, pero, ¡Sin estar pensando! Soñaba con él en las noches, aunque trataba de soñar con gatitos lindos, caminos solitarios y música bajo las estrellas.
Bert aparecía en sus palabras cuando él menos lo esperaba.
En el súper: Un kilo de Bert (azúcar) Una bolsa de Bert (papas) Una penca de Bert (plátanos)
Todo el tiempo, una tras otra, constantemente: Bert... Bert... Bert... Y suspiraba hasta dormirse, después de ver que el parque estaba vacío bajo los faroles solitarios.
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Frank y Gerard (y Bert)
Hayran KurguBueno, está historia no es inicialmente mía, es la adaptación Frerard de otra llamada 'Jorge y Gloria (y Eduardo)' por Tormod Haugen, un cuento que leí cuando era niña, ahora que lo he releído creo que quedaría bien con ellos así que lo cambié, y p...