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Él no quería llorar, NO quería, no quería demostrarle a esa bola de pelos, a esa caca, a ese falso, a ese ESTÚPIDO que estaba molesto por él. Pero tenía que llorar.

Entonces, en ese mismo momento pasó algo sorprendente, maravilloso, muy asombroso e inesperado. Un relámpago o un proyectil o un milagro lo rebasó volando y se detuvo ante Bert.

¿¡Qué dijiste!? Le gritó Frank. Están hablando de Gerard, el más genial, el más simpático, el mejor...
Y le pegó a Bert en el estómago. Era como pegarle a una roca. Frank se lastimó, y Bert se rió.

Luego Bert le dio un golpe y lo tiró al piso. Los amigos se rieron y se fueron. En ese momento fue como si Gerard se despertara, de repente entendió lo de las flores, los corazones y las cartas. Frank estaba tirado, pálido, con los ojos cerrados sangrando por la nariz.

Frank y Gerard (y Bert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora