4. Abriendose.

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- un día... Bajando al sótano mientras jugaba con mi hermano me metí al congelador y me quedé atrapado ahí por casi 3 horas, no podía salir y desde entonces no puedo estar en espacios cerrados. - dije haciéndolo simple, la verdad no pensaba contarle todo lo que me pasó en mi casa, con mi familia, con mi padre,... con Allison ya que no tiene ni dos dias que conozco a esta chica, tiene que ganarse mi confianza aún.

Ella me miró sorprendida pero no dijo nada, después su rostro cambio a una cara de incredulidad y soltó una pequeña risa - un trato es un trato así que te toca decirme cómo hiciste que me tranquilizara porque me aterro el efecto que tuviste en mi. -

- bien... Un día un elefante con poderes mágicos hizo pipí encima de mí y me dio el poder de calmar a los claustroficos. - después de eso ella soltó una carcajada, su sarcasmo no me gustaba, rodé los ojos y alce una ceja. - si quieres que diga la verdad entonces empieza por ti. Isaac la historia que contaste se escucho más falsa que la mía. - «rayos»pensé.

- bien, no fue verdad eso pero la verdadera razón por la que no te lo quiero decir es porque no es muy fácil que me abra con las personas... En especia cuando no las conozco todavía. - ella me miró con una sonrisa pero ahora era más comprensiva, pensé que se iba a indignar o algo pero no... Solo me miró calmada.

- bueno, la verdad no sé cómo lo hice ¿sabes? He estado sintiendo cosas extrañas, a veces tengo sueños bueno... Pesadillas y me aterra, lo que hice... Realmente lo hice para ayudarte, solo hago este tipo de cosas para ayudar- su mirada era hacia la nada y había perdido el brillo en ella «¿está chica se abrió conmigo?» supongo que ese era un secreto así que lo más adecuado es que yo diga el mío, además por mi culpa ella se sintió mal.

Narra Astrid:

- yo... Yo nunca tuve una buena vida ¿sabes? Tampoco tengo nada que perder, a nadie. - comenzó a hablar Isaac, ¿de verdad me va a decir lo que le pasa? No pensé que lo fuera a hacer, entonces me miró y le hice un ademán para que continúe. - mi madre murió y mi padre no volvió a ser el mismo... Luego, con la muerte de mi hermano el... Enloqueció, a veces sentía como si yo tuviera toda la culpa y el me castigaba por eso o como si hubiera preferido que yo me muera en vez de mi hermano o mi madre... - después de que dijo es sentí un sentimiento diferente hacia el, no era lastima ni pena sino tristeza, sentía como si a mí me lo hubieran hecho, sentía que él estaba roto. - a medida que fui creciendo me asignó un trabajo con él en el cementerio, de vigilante. Pero por una extraña razón no importaba cuánto me esforzara por ser un buen hijo o buen estudiante y nunca era suficiente para el, me castigaba por cosas sin sentido y sus castigos no eran un "pórtate bien" o un "no puedes ver la televisión por el resto de la semana" me encerraba en el congelador toda la noche... - miro hacia la nada un momento y pude ver cómo sus ojos se cristalizaban «oh no... Isaac por favor no llores» pensé preocupada, algo que no me gustaba era que la gente llorara. - una noche que estaba en el cementerio conocí a Derek, no de la mejor forma posible pero el cambio mi vida, me convirtió en lobo; yo no sabía nada y mucho menos como controlarme. Cuando regrese comenzó a llover y mi padre estaba molesto conmigo, la verdad no recuerdo porque pero lo ignore, él se alteró y pasó de gritar a lanzarme todos los platos que había en la alacena hasta que uno me corto la mejilla. - mis ojos se abrían más a medida que contaba su historia y pude ver cómo las lágrimas salían de sus ojos. - ahí fue cuando me fui de la casa, tiempo después me enteré de que mi padre estaba muerto y me quede con Derek y otros hombres lobos que él había mordido, nuestro propósito era que Scott nos elija y si no lo matábamos, pero después nos unimos y él se volvió nuestro Alpha. - decidí que ya era suficiente de su historia porque a medida que la contaba su voz se quebraba más y más lagrimas salían, creo que no sabe que está llorando así que me acerqué y le comencé a limpiar las lágrimas que habían caído delicadamente con mi mano.
El me miró y nos quedamos así, ojos color cielo contra ojos color mar.

Eres mi ancla. (Isaac Lahey) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora