Creí que era feliz,
entre tardes monótonas que se estaban convirtiendo en gris,
quise pensar que estaba bien vivir con la calma,
sin arriesgar nada.
Y un día,
así de la nada,
apareces tú,
cual caballero de armadura blanca,
para ser ladrón de mi monotonía,
para desequilibrar mi día a día,
desmontar los esquemas de mi vida.
Tú,
tan raro,
tan imbécil,
tan gracioso,
tan impaciente,
tan...
tan.
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Nos volveremos a ver. { II }
PoesiaSegundo poemario. "Pretendo describirte en un papel y no consigo nada, sólo palabras inconclusas, Una nada que rellena de tinta se convierte en todo" La poesía me da vida y me la quita de la misma manera, Me gusta escribirla sin planificarla. Sana y...