— ¿Podi hacerme el gran favor de dejarme sola? Si no de una sola pata en la raja te saco volando de acá — le dije al Cristian. Ya me tenía las weas que no tenía chatas y el no hacía más que reírse de mi.
— No — contestaba a cada rato.
— ¿Tu mamá te soporta weon? — pregunté irónica pero solo se puso a reír más. ¿Tengo cara de payaso conchetumare?. Al final dejé de pescarlo y me fui a enfermería porque ¿Quién en su sano juicio quería irse a inspectoria? ¡Nadie!.
— Hola tía — la saludé. La miré y me acordé de lo que había pasado ayer. Ay mamá.
— Hola Gabi ¿Estai mejor? — me preguntó levantando la vista hacía mi, luego al Cristian.
— Hola tía — la saludó alegremente. ¿Dónde cresta se quedó su actitud? Cuando lo miré ya no desprendía esa sensación de arrogancia, ahora mas bien era de amabilidad y como que su aura era carismática y no hostigosa como antes.
— Hola sobrino.
Desmayan12
El Cristian soltó una risa — Ay tía no me diga asi que estamos en el colegio — le pidió el Cristian.
Baia baia, esta familia si que es una caja de sorpresas.
Con razón encontré rico al Cristian, si es primo del Ignacio.
Me quedé mirando a la tía del aseo colocar esos letreros que dicen: "Precaución, piso mojado", imaginando que tan vergonzoso sería resbalarme ahí, de seguro lo era menos que esta situación.
— ¿Por qué los echaron? — nos preguntó la tía con cierto interés.
— Es que tía, la Gabi se puso a la defensiva, se puso a gritar y todo.
La tía me miró.
— No, tía no es verdad. Cualquiera se hubiera puesto así si le hubieran preguntado eso.
— Gabi, de mi sobrino me espero cualquier cosa — me contestó como si no fuera sorpresa —Menos mal que mi hijo no salió así — comentó. OH, GOLPE BAJO.
— Tía no po, no me joda la onda con la Gabi, estaba a punto de tenerla ahí — se quejó el Cristian apuntando el centro de su palma. ¿Que wea con este culiao?.
— Cristian, para de faltarle el respeto a la niña — lo retó — O de verdad te voy a mandar a inspectoría — agregó después.
[N/A: ¡Suegra al rescate!]
El Cristian se quedó callado y dejo de webiarme. Pasó un rato más y la tía toco el timbre, eso significaba que nos podíamos ir a la sala.
Toqué la puerta y el profe me hizo la seña para que entrara al Cristian y a mi. Cuando entramos todos se empezaron a reír de nuevo.
— ¿Y ustedes?.
— La inspectora nos mandó a la sala — contesté.
— ¡Tu suegra! — gritó el mismo weon de ayer. Paren su wea po.
Nos pasamos a sentar y saqué mi estuche y cuaderno.
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Weona yeta.
Teen FictionGabriela de cierta manera atrae la mala suerte donde quiera que vaya, en buenas palabras era YETA y todo en su vida empeora cuando decide ir a por Ignacio, su amor desde siempre. ¿Creen que en este caso, su "yetecidad extrema", le causará problemas...