—Donde!?—Le exijo saber mientras este trata de retirarse un tanto asustado provocando que el cuadro resbale de sus manos y se estrellé contra el mármol, lo dejo pasar. Mi tono de voz aumenta, la Helena paciente se ha ido, en su lugar la ha suplido está persona desconocida incluso para mi. No suelo perder la calma pero esto va más allá de mi alcance.
—Tranquilizate por favor-pide Garret mientras toma mis manos tratando de liberarse sin lastimarme. No me había dado cuenta que lo agarraba por la camisa—Lo vi en el arcade cerca del mercado.
—Cuando!? —demandó saber apenas acaba.
—Ayer.
Eso... no puede ser. Me repito una y otra vez. Lo suelto y se que esta equivocado, sólo debe ser alguien similar, si... eso debe ser, no hay manera de que eso sea cierto.
—Estas confundido—le aseguro mientras intento recobrar la cordura.
—No lo estoy, se lo que vi.
La poca serenidad que hube reunido se esfuma y da paso a otro ataque de pánico
ya me he vuelto loca, y ellos parecen compartir el sentimiento. Pienso mientras los miro rápidamente consecutivamente a los dos.—Garret...llevame ahi—digo apenas en un susurro. Nuvia que hasta ahora había permanecido estática hace acto de presencia y me toca la cara tratando de encontrar mis ojos, pero los míos siguen clavados en el chico que parece que desea hacerme rabiar. Nada digno de un caballero.
—Helena, Calmate que sucede?
—Necesito que me lleves—sigo dirigiendome a el mientras la elfa se rinde apartándo las manos de mi rostro.
—No se si estará ahi— responde con cierto temor.
—Necesito que me lleves-Repito exasperada.
—De acuerdo—acepta de mala gana.
Segundos después estoy afuera de la casa siguiéndole mientras este intenta mantener cierta distancia de mi.
—No vendrá tu amiga?—pregunta en un vano intento por hacer el asunto menos tenso, o al menos eso capto.
Instintivamente me giro y me doy cuenta de que me la he olvidado, mejor que se quede en casa pienso.—No—.Me limito a contestarle.
Necesito que me guié, jamas he ido a el arcade donde dice haberle visto y mucho menos se donde se encuentra, buscar en Internet sería perder tiempo muy valioso.
Cuando al fin llegamos el sitio está oscuro, únicamente iluminado por las luces provenientes de las máquinas. El ruido ensordecedor hace que tenga que hablarle en señas para que continúe y me llevé a dónde lo ha visto. Simulaciones de disparos y explosiones terminan por estresarme aún mas y justo cuando creo que no puede empeorar mas, Garret hace un gesto negativo con la cabeza.No está...
Estoy a punto de derrumbarme cuando derrepente un chico sale de la nada estrellando su hombro contra el mio y corre en dirección a dos pantallas conectadas entre si de forma en que ambos contendientes quedan de perfil ,dandole al espectador una vista general de cada movimiento, seguido de una pantalla adicional coronando sus cabezas para poder mirar el juego en el que combaten. Por un lado la chica, singular de por si lleva el cabello cortísimo, audífonos y vestimenta bastante pequeña a mi parecer, por el otro un chico normal, nada atractivo y menos en forma, sin embargo capaz de hacer que la chica gruña patee y haga muecas de disgusto cuando su personaje virtual recibía algún golpe.
La pelea del siglo escuchó a alguien decir, la del mundo entero oigo que refuta otro. Patético pienso yo, girandome un segundo después. Y quedándome helada al siguiente.—Umy es la vencedora!
Exclama alguno de los chicos que se han amontonado para ver aquel espectáculo.
No puede ser coincidencia, nadie se llama así... pienso antes de voltear. Garret me mira con curiosidad mientras yo me petrificó, mi última creación antes del bloqueo artistico esta estirandose y fingiendo bostezar antes de acercarse a su rival y extender la mano exigiendole algo pactado previamente, el deposita con cierta retinencia el premio y Umy le hace una reverencia sarcástica mientras ríe con ganas.—Negocios son negocios.
exclama socarronamente mientras el chico se yergue de su asiento y la multitud estalla en porras y alaridos.Tomó a Garret de la mano y me adentro poco a poco buscando espacios donde escabullirme, estoy a escasos pasos de la ensoñación de todos aquellos hombres que nadie nota cuando llegó hasta al frente tomándola por el brazo.
—Hey! No me toques, quien te crees?
—Ven conmigo, tenemos que hablar.
—Yo no voy a ningún lado—
Promete con el ceño fruncido.—No te haré daño—le suplico,tomandola del otro brazo fuertemente. Mi paciencia no da para tanto. Con lo que no cuento es con el golpe que me asesta en el rostro.
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Punto De Fuga
Science FictionHelena cree que cada dibujo tiene una razón y un porque, debido a esto su colección de cuadernos es interminable. Cada uno con bocetos diferentes y únicos reposan en su ya de por si abarrotado librero. Y no es para menos, soñando despierta crea mun...