Capítulo 4: estás exagerando.

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No volvimos a mencionar el tema del skatepark lo que siguió de la semana, y, a decir verdad, lo prefería así. Para no seguir alimentando los pensamientos que no dejaba de tener, acompañados por tantas preguntas.

Tom tampoco se apareció por mi casa, siempre diciendo que estaba ocupado, pero me había decidido a creerle. Tom nunca me había mentido, no tenía por qué hacerlo en ese momento.
Y a medida que avanzaba la semana había dejado de sentir que me observaban, así que estaba segura de que había sido mi imaginación por estar paranóica con la situación.

Llegó el sábado y por fin iba a verlo, habíamos quedado en ir a cenar a Friday's, así que estaba bastante emocionada de por fin tener la oportunidad de pasar un rato agradable con él.
Me vestí con una camiseta verde sin mangas con cuello en V que bajaba hasta un poco más allá de mis pechos y que era mantenido en su lugar por un nudo que subía tipo corsé. Me puse mis jeans negros y unos tacones cómodos y casuales. Cepillé mi cabello y me maquillé un poco, rímel, base y pinta labios rosa claro. A las ocho en punto tomé un taxi y para las 8:30 estaba sentada en una mesa frente a mi novio.
Complimentó mi atuendo y yo tuve que arreglar su cabello, el cual estaba incluso más despeinado que lo usual. El beso luego del "hola" había durado más de costumbre debido a que no nos habíamos visto en toda la semana.

Pedimos nuestra comida y procedí a contarle algunas anécdotas de mi loco profesor de literatura, las cuales él siempre disfrutaba.

"Y, ¿qué has estado haciendo estos días?" aproveché para preguntarle mientras reía relajado. Pero apenas hablé su risa cesó y lo vi algo tenso por unos segundos.

"No mucho..." dijo y arqueé mi ceja, demostrándole lo confundida que estaba debido a que él se había escusado como ocupado. "Quiero decir... ya sabes, lo usual. Estuve trabajando algunas horas extras en el café..." una mesera nos trajo la comida y Tom le agradeció. Procedí a tomar de mi jugo. "Estudiando, haciendo tareas, en el skatepark..." se detuvo en seco y miró hacia los lados algo apresurado.

"Oh, ya veo" comenté.

"Mira... en el skatepark..." dio un mordisco a su hamburguesa y lo esperé mientras tragaba. "¿Recuerdas a Saturno? El chico de cabello oscuro que se comportaba como idiota" explicó para orientarme pero apenas había dicho su nombre  yo ya sabía y había asentido haciéndoselo saber. ¿Cómo no iba a recordarlo además con ese nombre tan peculiar? "Bueno, se ha pasado la semana haciendo comentarios sobre ti. A lo que voy, si llegas a topártelo...lo cual espero no suceda, no le hables. Procura mantenerte alejada de él."

Todo el tiempo que hablaba mantuvo su mirada fija en mis ojos, dándole un tono serio a sus palabras. Asentí, pero igual dudaba.
"¿Por qué?" Quise saber.

"Sólo no lo hagas."

Volví a arquear mis cejas, no me gustaba el hecho de que no quisiera explicarme nada ni el tono en el que estaba hablando.

Transcurrieron unos largos momentos en silencio en los que él comía y yo miraba fijamente la mesa mientras pensaba. Tom se dio cuenta de que no estaba muy contenta.
"¿Qué te pasa?"

"Nada" dije procediendo a comer, pero el no se contentó con la respuesta.

"Vamos, ¿entonces por qué traerías esa cara? ¿Qué pasa?" Insistió.

Suspiré.
"Es solo que has estado actuando raro, ya no quieres que vuelva al skatepark desde la única vez que accediste a llevarme..."

SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora