Capítulo 7: motocicleta

165 12 10
                                    

"Ahora estoy más convencida de que Jai y Ciara han tenido sexo."

"Ellie, no me interesa, y no necesitas ir metiendo tu nariz en la vida sexual privada del resto."

"Eh, vale, no hace falta que me hables en ese tono. Has estado rara hoy. ¿Que te pasa? ¿Es porque Tom te dejó plantada?"

"Apareció. Justo cuando me estaba yendo."

"¿Y...?"

"Fuimos a mi casa. Y peleamos. O sea, no se si fue una pelea. Pero discutimos y se fué enojado."

"¿Sobre qué?"

"No quiero hablar de eso."

Ellie se detuvo, agarrándome del brazo para que me detuviera yo también.

"Abby, vamos. Puedes contarme lo que sea. Soy tu mejor amiga."

Suspiré.
Me vendría bien hablar del tema y desahogarme y de paso ver qué pensaba ella.

"¿Recuerdas la situación del skatepark?" Ellie asintió. "Bueno, eh... había un tipo afuera y luego en el bus observándonos, y Tom llegó golpeado y no quiso decirme nada."
Decidí omitir la parte de que sentía que me seguían, de todos modos no estaba 100% segura.

"¿Un tipo los seguía? ¿Estás segura? Dios, Abby, ¿te imaginas? ¿Estás segura?"

"No estoy segura." Admití, aunque la parte de que sí le ganaba al no.

"Bueno, pero quizás Tom se metió en una tonta pelea. Ya sabes cómo son algunos hombres. No debe see nada grave. No te preocupes."

Algunos hombres, pero no Tom. Resoplé. Quería seguir hablando. Pero preferí no hacerlo.

"¿Puedes llevarme a casa?"
Desde el bus, me daba aún más miedo ir sola a casa.

"Ah, lo haría." Ellie revisó su celular. "Quedé con un grupo de trabajo hace 10 minutos en un café, y, como siempre, voy tarde. Lo siento, amor."

"No hay problema." Mentí.

"Bueno, nos vemos mañana entonces. Ojalá tu y Tom se arreglen y no sea nada grave." Se despidió con un beso en la mejilla y se apuró al estacionamiento.
Me quedé parada unos segundos mientras gente pesaba a mi lado.

Tendría que ir sola a casa.
¿Y si volvía a aparecer el tipo de las gafas de sol y del lunar que yo no había visto?
¿Y si esta vez me pasaba algo por ir sola?

Respiré hondo.
Quizás no era nada.
Seguro no pasaba nada.
Probablemente yo exageraba, como Tom decía, y no había ningún peligro. ¿Por qué me mentiría mi novio? Nunca lo había hecho. Seguro yo estaba siendo paranóica y nadie llevaba más de una semana siguiéndome.

Dios.

Comencé a caminar, convenciéndome de que estaría bien.

Salí del campus, y no pude evitar mirar a ambos lados. Nada. Bien.
Seguí caminando.

"Eh, preciosa." Llamó una voz conocida.
Volteé a mi lado, y para mi gran sorpresa no era nadie más ni nadie menos que Saturno sentado en una motocicleta estacionada, gafas de sol, chaqueta de cuero y de negro, en toda la pinta de un chico malo. Lo que probablemente era.

SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora