Capítulo 9: no es la primera vez

44 2 0
                                    

Mi corazón latía a toda velocidad.

"Mierda. Quédate aquí." Me ordenó el tipo antes de salir corriendo.
Desapareció en la calle y yo seguía ahí parada sin poder reaccionar ni respirar.

Sentía que iba a desmayarme.

De pronto, escuché pasos. Alguien corría, y estaba cada vez más cerca.

Saturno apareció, agarrándome de la muñeca y arrastrándome tras él.
Pronto, habían más pasos no muy lejos de nosotros.

"¿Q-qué está pasando? ¿Donde está Tom?" Logré decir con apenas un hilo de voz.

"¡Tu solo corre!"

Me arrastró por callejones hasta llegar a su moto estacionada, subiéndose y indicándome que suba tras el, y arrancó sin siquiera ponerse el casco, que dejó tirado en la vereda.
Pero no andó por mucho tiempo, pues volteó para mirar hacia atrás, y algo vió que lo hizo acelerar y detenerse en una esquina.

La adrenalina y el miedo me tenían paralizada, apenas podía responder, así que dejaba que me guiara.
Pronto estábamos bajando por las escaleras del metro.

Era hora pico, y estaba repleto de gente, entre la cual Saturno nos escabullía, corriendo y chocando con casi todos.
Noté que por lo menos dos personas nos seguían, incluso en un lugar público y tan lleno de gente como el metro.

Saturno me guió dentro un vagón, pero corrió hasta el siguiente y nos bajamos justo antes de que cerraran las puertas.
"Perdimos a uno."

No quería ni saber cuántos eran ni qué harían cuando nos alcanzaran. O qué le habían hecho a Tom.
Avanzamos por más escaleras y pasillos, y volvimos a entrar a otro vagón, saliendo por otro adjunto justo antes del cierre de puertas.
Supuse que por lo menos habíamos perdido a otro con eso.

Corrimos entre la gente, que sorprendentemente apenas nos miraban, y los que sí solo miraban mal y no daban tanta importancia.
Entonces vino otra máquina, y corrimos hacia ella cuando las puertas abrieron, entrando junto con más gente.
Por dentro, avanzamos unos cuantos vagones, pero esta vez cuando la alarma que avisaba el cierre de puertas comenzó a sonar, en vez de salir, Saturno me arrojó contra la pared tras una pareja mayor, poniéndose frente a mi, tapándome con su cuerpo, volteado y con la cabeza gacha para que no lo vieran tampoco.
Sentía mi respiración agitada, mi corazón latiendo más fuerte que nunca, y el calor del cuerpo también agitado y sudado de Saturno contra mí. Sentía las miradas de la gente.
Echó un vistazo hacia atrás disimuladamente, justo cuando las puertas se cerraron.

Pero no se movió hasta que en la próxima parada bajó más gente, y no subió nadie que no debiera.
Las puertas cerraron.

El metro volvió a avanzar, y Saturno se apartó para guiarme a otro vagón, donde había un asiento disponible, en el que me hizo sentar, el de cuclillas en el piso frente a mí.
Miró hacia ambos lados antes de mirarme a mí.
Noté que su camiseta blanca tenía manchas sangre.
Las señalé, no pudiendo ni hablar.
Siguió con su mirada mi dedo hasta la sangre.
"E-estás sangrando. Necesitas ayuda." Susurré.

Negó con la cabeza.
"Esa no es mía."

Tragué saliva.
"¿Dónde está Tom?"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 16, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora