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30/06/2016

Jueves

El miércoles alimenté a Xavi. Se notaba que estaba muy hambriento y terminó con gran parte del beagle, pero a pesar de haber pasado varios días sin comer, no logró terminarse toda la carne, por lo que guardé una considerable cantidad. Xavi tuvo para comer estos días, y parece contento con el resultado.

Ayer tuve cita con la doctora Carter, hablamos muy poco pero lo suficiente como para saber que vendrá el lunes. Le quiero dar una sorpresa, y creo que ya se que es lo que puedo hacer.

Ohhh... Lo que verdaderamente quería escribir, la pobre Daniela, o mejor dicho Sara. El viernes bajé a hacerle una visita, estaba moribunda, con las manos y los pies quemados, totalmente sucia y despeinada. Al verme comenzó a temblar de manera grotesca.

-¿Cómo estás, Sara?- Abrió los ojos de manera exagerada- Sí, ya sé que te llamas Sara. ¿Por qué me has mentido?.

-Yo... Yo no-...- La interrumpí.

-Sí me has mentido, descarada, y lo pagarás- Empezó a gritar tanto que creí que su garganta estallaría, no sucedió.

Días antes me hubiese preocupado que gritara tanto, pero con un método simple logré insonorizar el sótano. Tomé mis juguetes de gran tamaño y comencé a jugar con ella.

Para jugar al rompecabezas, se necesitan piezas, muuuchas piezas.

Al terminar de jugar con Sara volví a subir a la sala, me dolían un poco los oídos de tantos gritos, pero no era algo demasiado serio. Tomé un baño y antes de dormir escribí un poco.

Creo que Xavi tiene nueva comida para mañana.

Me despido de mí mismo.

Diario De Un Enfermo AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora