Capítulo I

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Capítulo I.

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—Se un caballero Jacob, paga tú. Admite que es tu turno —Dije frunciendo el ceño, cosa que hacía cuando estaba irritada.

—Soy un caballero, pero estoy seguro que la última vez pagué yo —Reclamó nuevamente.

El repartidor de pizzas se quedó en la puerta observando nuestra pelea en silencio.

—Jacob, hablo en serio, paga de una buena vez —Me puse en medio de la pantalla de televisión evitando que vea el partido de los Lakers.

—De acuerdo, de acuerdo. Tú ganas, ¿Vale? ¿Cuánto es? —Preguntó levantándose del sofá dirigiéndose a la puerta de nuestro departamento.

—15 dólares —Indico el repartidor entregándole la pizza.

Jacob metió la mano a su bolsillo y sacó un billete de veinte dólares, el repartidor se apuró y le entregó el cambio para después bajar las escaleras corriendo. Lo habíamos espantado, como a la mayoría de repartidores que venían.

Jacob cerró la puerta, dejo la pizza en la mesa del comedor y se volvió a lanzar en el sofá.

—Listo, pagué. Ahora quiero ver mi partido —Me moví del televisor sin antes dar un largo suspiro.

Me dirigí a la cocina, abrí la caja de la pizza, tomé dos trozos de esta y las coloqué en un plato de la despensa.

Abrí la nevera y saqué dos latas de Coca-Cola. Dejé una en la encimera, la otra la dejé en mi mano, con la mano libre tomé el plato y salí hacia la sala.

Dejé el plato y la soda en la mesa de centro de la sala, donde Jacob estaba viendo el partido.

—Gracias, _______ —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Sólo le rodé los ojos. Me iba a dirigir a la cocina pero una mano detuvo mi marcha. Volteé y Jacob me miró con cara de perrito triste.

Oh no señor, no iba a funcionar, esta vez sería dura con él, sin importarme que sea mi mejor amigo desde los cinco años.

—Vamos ______, no estés enojada. ¿Me disculpas? —Preguntó sin soltar mi brazo.

—No, suéltame Jacob.

—No, hasta que me disculpes.

—Te disculpo —Dije de mala gana.

—Eso no cuenta —Me jaló del brazo haciendo que me sentara encima de sus piernas.— Sabes que pasara, si no me perdonas.

—No lo se, pero sé que te daré un fuerte golpe si no me sueltas.

—Pagaré yo la siguiente vez, ¿contenta?

—Aún no —Canté como una niña de dos años.

—¿Las siguientes dos veces? —Preguntó con mala cara.

—Que sean tres —Anuncié y me levanté del sofá sin antes darle un beso en su mejilla.

Me escapé de sus brazos dejando a Jacob con una sonrisa, pude ver como le dio una mordida a su pizza.

Tome la lata de soda y tomé una rebanada de pizza. Me dirigí a la sala, dejé la pizza y la soda al costado del ordenador.

Me senté en la silla enfrente del escritorio, introduje la contraseña. Tenía mucho trabajo que terminar el ensayo de historia hoy, a pesar de que Jacob se la pasaba de fiesta todas las noches, su promedio era jodidamente perfecto, él estaba en el cuadro de honor mientras yo me esforzaba por aprobar los cursos.

—Verte trabajando me da tanto sueño —Se burla Jacob, podía sentir su respiración en mi espalda.

—Por lo menos trabajo, ¿cierto? —Tecleé rápidamente los últimos detalles.

—Deja eso un segundo, antes no te perdías un solo partido de los Lakers —Pasó su brazo por mi hombro.

—Tengo que terminar esto —Dije ignorándolo.

—Te lo pedí a las buenas... ahora a las malas —Jaló de la silla y en menos de un segundo me levanto en su espalda.

-Jacob Whitesides, bájame en este mismo instante o vas a conocer mi lado malo, bájame —Golpeé su espalda pero parecía que no le hacía ningún daño.

—Créeme ya lo conozco, pequeña freak —Murmuró entre risas.

—Te he dicho que no me llames así —No pare de darle golpes con mis puños en su espalda pero él no hizo nada.

Me lanzó en el sofá oscuro, la enorme pantalla de televisión estaba encendida. Jacob se sentó a mi lado, me tomó de mi cintura y me puso encima de sus piernas.

Era increíble como podía disculparse un segundo y al otro estar ahí, enojándome de nuevo.

—Saca ese ceño fruncido Heather, no se te ve nada sexy.

—¿Y quién dice que estoy intentando ser sexy? —Renegué, él sólo se rió.

—Eres una jodida matada, ¿Tanto te preocupas por tus calificaciones? —Preguntó sin dejar de burlarse.

—Primero, claro que me preocupo por mis calificaciones, dependo de ellas. Segundo, yo no soy la que tiene el promedio perfecto "Matado" —Hice el efecto de comillas con mis dedos.

—Se llama tener una buena memoria.

—O se llama hacer que las de primer año hagan tus obligaciones.

—Tal vez sea un poco de ambas —Rodé mis ojos e intenté escapar de sus brazos, pero era imposible, era Jacob Whitesides el mariscal de campo.— Comienzo a pensar que te gusta estar sobre mis piernas, Heather.

—Ya quisieras Whitesides, ni en los más bonitos de tus sueños. Libérame. Ahora —Ordené pero solo hice que se vuelva a reír.

—Olvida lo que dije, si te ves sexy cuando frunces el ceño. Arrugas tu nariz cuando te molestas.

—Yo no...

—Ahora la estas arrugando —Sonrió de oreja a oreja.

—Me vengaré Whitesides, puedes estar seguro de eso.

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¡Hola baes! Aquí les dejamos el primer capítulo de esta historia, espero les guste tanto como a mí así que déjennos su comentario y denle a la estrellita si quieren que sigamos actualizando, las queremos ❤️

Red de mentiras •JW•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora