Capítulo 1 Despierta (Tercera parte)

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Abrí los ojos y el viento sacudió la carpa sobre mi cabeza, el sol entraba por una pequeña rendija que se abría por la brisa que empujaba la tela de la carpa en la entrada. El aroma a tierra húmeda llegaba desde afuera y varias voces se escucharon. Me volví y vi a Rhus sentada en su cama, con la mirada perdida en alguna clase de pensamiento, con el ceño fruncido y los labios tensos. Oryza aún dormía y Hesperia, se colocaba en pie para intentar ver a través de la rendija que dejaba la tela de la carpa en la entrada. Baje de la litera, y me apoye en el hombro de Hesperia observando a fuera. Los chicos que nos guiaron la noche anterior, seguían allí afuera, apostados, vigilando la entrada. Hesperia volvió su rostro hacia mí, sorprendida por la vigilancia, al parecer éramos cautivos de ellos.

— ¿crees que estuvieron vigilándonos toda la noche? —preguntó Hesperia, volviendo la mirada hacia afuera.

— Es lo más probable, necesito hablar con Dannus —dije.

Arregle mi cabello y salí de la carpa, la luz del sol y la brisa me parecieron tan significativos y necesarios, luego de salir de los muros, así que respire profundamente sintiendo el calor que llegaba desde el cielo. Los hocicos me observaron fijamente tan crípticos como la noche anterior. Entonces el de piel morena cruzo sus brazos sobre su pecho viéndome.

— Lo siento pero no tiene permitido salir de esta área —dijo el chico interponiéndose en mi camino.

Hesperia salió de la carpa y vio al chico de reojo, fastidiada, se puso tras de mí.

— ¿Por qué razón? —inquirí.

— son órdenes de Júntus y Dannus —dijo sin más.

El nombre de Dannus quedo flotando en el aire, y me dolió el estómago. ¿Por qué nos mantenía encerradas? No me importo que el chico estuviese allí, me abrí paso esquivándolo y camine un par de pasos mientras el chico gritaba.

— ¡Vuelva a la carpa por favor!... —ordenó el chico dándome alcance.

No puse atención a sus palabras y busque con la mirada en todo el campamento a Dannus, solo pude ver a Hellian y Livia que hablaban en lo que parecía ser un gran comedor de madera, bajo dos grandes árboles. Mientras los otros chicos se detenían para ver como el chico intentaba hacerme volver a la carpa. Este se puso delante de mí pero no lo mire fijo, solo pude ver como Hellian se ponía de pie pero Livia la tomaba del brazo y negaba con la cabeza. Suspiré mientras volvía nuevamente a la carpa, junto con Hesperia, que replicaba en voz baja sobre el trato del chico.

— No puede volver a salir de esta área sin la autorización de Júntus o Dannus —dijo el chico, cruzándose de brazos, con el ceño fruncido.

— ¿puedo saber porque razón? —pregunté viéndolo a los ojos.

— Eso es información clasificada —dijo, viendo a Hesperia y luego a mí.

Rhus se puso en pie cuando el chico hablo y Oryza solo pudo ver con desilusión que aún seguíamos encerradas.

— Me importa muy poco que tan clasificada sea —replicó Rhus—, deseo salir ahora de este lugar.

— Mantenga la calma y siéntese —contestó el chico, levantando su mano apuntándole con su dedo.

— Al menos podría decirnos ¿Dónde estamos?—Preguntó Oryza.

El chico no dijo nada, solamente salió dejándonos solas.

— No me gusta nada esto —dijo Oryza pasando su mechón azul tras su oreja.

— Desconfió cada vez más de ellos, y de este lugar —continuó Hesperia, recostándose contra la carpa, suspirando fuertemente.

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